El Teatro Circo de Murcia se adentra en el particular universo de Lou Reed con Desde Berlín -hoy. 21.00 horas. 12,15 y 18 euros-, un espectáculo que convierte su música en teatro y lleva a escena el tercer disco en solitario del artista, toda «una historia de amor a ritmo de rock», protagonizada por Nathalie Poza y Pablo Derqui.

De la mano de Andrés Lima, el montaje aúna los textos Juan Villoro, Juan Cavestany y Pau Miró para crear un espectáculo «muy personal y hecho desde el corazón», según apuntó Poza durante la presentación de la gira, junto a Derqui y el director artístico del Teatre Romea de Barcelona, Borja Sitja.

La obra desgrana todas las canciones de Berlín (1973), el único disco que Lou Reed volvió grabar íntegramente en 2006, a través de los diálogos de los personajes o recitada, con música grabada o en directo. Todo ello con imágenes de fondo que hacen de la obra un verdadero «poema audiovisual».

Se trata de recuperar la memoria, de mostrar lo que el legado, no sólo de Lou Reed, cuya influencia ha sido fundamental para diversas generaciones de músicos, poetas y personas de la cultura durante 60 años, sino también de Warhol, de Dalmore Schwartz, de Gensberg, de Pati Smith, de Bowie o de Kerouac y de tantos otros.

Caroline y Jim, los personajes del disco, son una pareja que encarna esa manera de afrontar la vida y la muerte, la pasión y el abandono, lo cotidiano y lo excepcional, la necesidad del otro y el ansia de soledad. Berlín es lo dividido, es un símbolo de lo inalcanzable, de lo que está siempre del otro lado y separado de uno mismo.

«Más que utilizar su mundo, su mundo forma parte de nosotros», confesaba Poza. La actriz, que ha crecido con la música de Reed, alaba la capacidad del artista para «transformar su dolor en belleza haciendo un disco magnífico. De un momento duro en su vida hizo arte».

Según dice, llevaba tiempo queriendo hacer algo sobre el músico, fallecido en 2013. De hecho, «toda su discografía podría convertirse en montajes teatrales». En este sentido, Pablo Derqui destacaba entonces el estilo original de la obra, con una «dramaturgia no convencional que va directamente al estómago, que sientes». Como actor, aseguró dar «saltos mortales» que «conectan directamente con la emoción de las personas».

Por su parte, Borja Sitja definió este espectáculo como necesario. «Es un trocito de vida de todos nosotros porque de alguna manera todos tenemos una relación con la obra de Lou Reed; un material poético absolutamente devastador».

Tanto es así, que Sitja, que recordó que lleva en esta profesión desde 1983, concluyó asegurando que es «el mejor» espectáculo que ha hecho posible en su vida.