El sello distintivo de Los Marañones les otorga un plus de originalidad, demostrando que tienen presente, pero por encima de todo se les adivina futuro, que en un grupo que ha cumplido ya 25 años es de lo mejor que puede decirse. A contratiempo un disco conceptual: todas las canciones, que se podrían haber escrito en 1965, están hiladas por una delirante historia. Tratamos de desentrañarla con sus autores.

A contratiempo hace el número 12 en vuestra discografía. ¿Siempre a contratiempo?

Como es habitual, con el título hemos intentado jugar con varios significados. Los contratiempos de la vida, la música sincopada y nuestra sana costumbre de ignorar las modas y seguir con lo nuestro, que es lo que nos gusta.

¿Por qué hacer un disco en estos tiempos? ¿Es una necesidad vital para vosotros?

¿Por qué no? Cuando nos juntábamos en casa para grabar canciones, pensábamos en hacer ´discos´. Nos gusta la idea de ´álbum´, y tenemos un montón de canciones, así que sí, es una necesidad reunir unas cuantas de vez en cuando y enseñárselas al mundo.

¿Cuando os planteáis que hay que grabar un disco? Últimamente se os ve muy prolíficos, salís casi a uno por año.

Poco después de terminar cada disco, empezamos ya a pensar en el siguiente. Parece que nuestro ritmo natural es sacar un disco cada dos años, más o menos. Como ya hemos comentado alguna vez, tenemos un almacén de canciones, que pueden ser desde meros bocetos a maquetas terminadas, y nos gusta ir dándoles salida.

Muchos grupos en los que os habéis fijado pertenecen a los 60, cuando se sacaban singles... ¿Cuáles son vuestros criterios para reunir canciones?

Depende de cada álbum. A veces las propias canciones con las que empezamos a trabajar nos van indicando el camino a seguir, y en otras ocasiones, como en este último disco, partíamos de una idea muy clara, y hemos buscado las canciones apropiadas.

Habéis urdido una historia..., habéis sacado un folletín a modo de hoja de promoción. ¿De quién es la idea? ¿Qué se cuenta?

La idea surgió cuando ya teníamos el disco grabado y tratábamos de ordenar las canciones para el álbum. Nos dimos cuenta de que todas estaban cantadas en primera persona y que todas podrían estar cantadas por el mismo personaje, así que se nos ocurrió que podría ser interesante ordenarlas no sólo para que funcionaran musicalmente, sino para que contaran la historia del protagonista con un poco de coherencia. Así que nos inventamos una historia que las enlazaba perfectamente. Lo mejor es que, a última hora, después de oír una primera versión del disco, decidimos cambiar radicalmente el orden de las canciones, con lo que tuvimos que reescribir la historia completamente. Y funciona igual. Así es la vida.

El título de A contratiempo tardó en imponerse€ Entre otros significados, conlleva ´dificultades´. ¿Lo que le ocurre al personaje del disco os ha ocurrido a vosotros?

Nuestras canciones son escenas e historias, a veces más realistas, a veces más fantásticas, pero no están basadas en nosotros mismos, sino en observaciones. Pero bueno, a lo mejor entre los cuatro, haciendo memoria, podemos reconstruir las aventuras del personaje, no sé yo... Habría que esperar a que alguno publique su autobiografía.

Tengo entendido que estabais en la dicotomía entre hacer un disco tecno o un With the Beatles, y al final decidisteis no pasaros del año 65 y hacer un disco yeyé. ¿Podéis explicarnos esto?

Bueno, ésa es una historia antigua. En la época de El mundo al revés (2004) grabábamos muchas cosas en casa haciendo bucles y cosas así, pero también teníamos ya algunas canciones yeyés que queríamos publicar, así que nos planteamos si hacer un disco directamente tecno o hacer algo que sonara como el With The Beatles. Por supuesto, al final no hicimos ni una cosa ni otra. En el disco de ´rarezas´ hay alguna muestra de lo que estábamos haciendo por entonces y que no se publicó, pero para este nuevo disco hemos tenido muy claro desde el principio lo que queríamos hacer.

¿Qué grupos han inspirado las canciones de A contratiempo?

Más que grupos, la inspiración viene de una época y una manera de hacer canciones. Toda esa explosión de grupos ingleses de los primeros años sesenta y su reinterpretación del rock & roll, el country y el doo-wop, los grupos de chicas americanos, el twist, etc. Son canciones que tratan de conservar esa frescura y esa ingenuidad, por eso decimos que nos pusimos como límite el año 1965, antes de que comenzara la época de experimentación musical que dio lugar a la psicodelia.

¿Es más difícil querer sonar ahora como sonaban esos discos de los 60?

Pero es que en ningún momento hemos tratado de imitar ni recrear el sonido de aquellos discos. Lo que hemos intentado es reflejar el sonido que tiene el grupo ahora mismo, en 2015, sin añadidos, bien grabado y aprovechando la tecnología que tenemos a nuestra disposición hoy en día. El disco no tiene nada de nostálgico en ese sentido.

Vuestros discos no están muy definidos en estilo. ¿Qué es lo que los aúna?

Para nosotros lo más difícil siempre ha sido definirlo, pero sí que tenemos un estilo que se transpira a través de todos nuestros discos. Un tipo de sonido, un tipo de canción, una forma de contar historias. En fin, algo hay.

«Nos hacemos eco de esos nuevos ritmos sincopados que están enloqueciendo a la juventud». ¿Una visión de futuro de Campoy?

¡Eso esperamos! Que la juventud baile y no se divierta de otra manera.

¿Os sentís un poco ´in the middle of nowhere´? ¿También ´underground´? ¿Os referís a eso cuando hablais de vivir a contratiempo?

Es uno de los problemas que hay con las etiquetas, que la mayoría están en inglés. En realidad nosotros más que funcionar ´a contratiempo´, nos movemos fuera del tiempo. Hacemos lo que hacemos porque es lo que nos gusta hacer en cada momento, sin preocuparnos mucho de lo que marcan los creadores de tendencias. Eso no quita que sigamos pendientes de lo que se hace en el mundo musical y nos dejemos influir.

Doce discos....Muchos más que los Beatles, y eso que tuvisteis un pequeño parón (entre ShangriLa y El mundo al revés). Parece que os habéis estabilizado cuando habéis tenido el dominio de vuestra obra.

Sí, seguimos haciendo discos, que es lo que queríamos. Y además hemos conseguido ser completamente independientes, así que los hacemos a nuestra manera y al ritmo que nos marcamos nosotros mismos. En estos tiempos, eso es casi un privilegio.

No habéis sentido lo de separaros, pero algún momento de tensión habrá en estos casi 30 años€

Somos todos viejos amigos y ya nos conocemos bastante bien, así que la sangre nunca llega al río. Otra cosa que hemos aprendido es a aceptarnos unos a otros como somos y a aprovechar esas tensiones para estimular el proceso creativo.

Últimamente parece que habéis aflorado algunas influencias italianas. Celentano, por ejemplo. ¿Cuál es la razón?

Será que nos gusta la ópera. La conexión italiana también nos ha pillado por sorpresa a nosotros mismos. En realidad Francesca Salazari es una canción de un muy buen amigo nuestro, Juan Pablo Vicente, que nos ha gustado mucho desde siempre y por fin nos hemos decidido a grabarla ahora. Pero habría que preguntarle a él por los orígenes del título.

Habéis producido el disco vosotros mismos. ¿Os bastais solos?

De la producción se ha encargado Miguel al cien por cien, y sí, está claro que se basta y se sobra. Lo viene demostrando desde hace bastantes discos.

Os va lo de sacar discos conceptuales. A contratiempo, como otros discos, es una especie de álbum de retratos.

Sí, nuestras canciones cuentan historias y recrean escenas, y tenemos tendencia a dejar que se vayan reuniendo con algún tema en común. En este caso nos salió la historia de este personaje que se va cruzando con mujeres y jefes muy dispares.

¿A contratiempo tiene que ver además con vuestra propia idiosincrasia? ¿En qué se basa la identidad de un grupo como Los Marañones?

Desde dentro es muy difícil saberlo. Supongo que la identidad del grupo es la suma de sus partes a través de su historia, como le pasa a todo el mundo.

¿Se mantiene vuestra idea del escapismo?

Sí, nos siguen gustando los viajes, reales o imaginarios. En el disco hay de todo, escapadas de la ciudad para volver al campo, visitas a países tropicales, vuelos sin rumbo...

¿Ayuda lo de tener otros proyectos a mantener vivo un grupo tras más de 25 años? ¿Hay planes?

No sé si ayuda, pero lo de mantener vivos otros proyectos o colaborar en ellos es casi una necesidad. Hay muchas ideas, y se trata de hacer lo posible para sacarlas a la luz, dentro y fuera de Los Marañones.