Estaba «exiliado» en la Universidad de Cornell (Nueva York) y con cierta nostalgia hacia su tierra cuando recibió la noticia de que debía regresar unos días al haber quedado finalista del Premio Herralde de Novela que concede Anagrama, con El instante de peligro, una obra más «intimista y comprometida personalmente» que Intento de escapada, su primera novela, publicada por la misma editorial. Y Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977) está feliz por haber quedado finalista, porque considera a la madrileña Marta Sanz, ganadora con Farándula, «una grandísima escritora».

El jurado del Herralde ya había otorgado en 2013 a Hernández una mención especial por Intento de escapada, que además se alzó con el premio Ciudad de Alcalá en 2014. Este es el segundo año consecutivo que un escritor murciano queda finalista del Herralde, ya que el pasado año lo consiguió Manuel Moyano con El imperio de Yegorov. Jorge Herralde, acompañado por ambos autores en Barcelona, hizo público ayer el fallo del certamen, que ha recibido 579 originales.

El instante de peligro narra la historia de un profesor relativamente fracasado al que la vida le da una segunda oportunidad en forma de unas películas anónimas de los años 60 que llegan a su correo, por lo que viaja a investigar y a escribir sobre ellas a Estados Unidos, donde se reencuentra con su pasado, al tiempo que «reflexiona sobre el mundo del arte y la fotografía».

Una historia de poliamor escrita a mano

  • Hernández escribió a mano la novela, que está contada como una larga carta del profesor a una antigua amante, y todo el argumento está marcado por las relaciones afectivas, el amor y el sexo, que acaban siendo el centro del libro. «Es una novela de amor con todo lo cargado que está el término», dijo ayer en Barcelona Hernández, quien matizaba a esta Redacción que El instante de peligro es una obra «más comprometida que la anterior, porque me he arriesgado a la hora de manejar las emociones; es más íntima que Intento de escapada».
  • Cuando el protagonista viaja a Estados Unidos revive además una etapa de poliamor, «una época de relaciones abiertas más allá de las normas, aunque yo no hago una lectura tan benévola como otros autores», reconoce el profesor de la Universidad de Murcia y escritor murciano, colaborador en el suplemento Libros de LA OPINIÓN. Precisamente en una columna de este periódico, Presente continuo, Hernández fue desgranando semanalmente el proceso de creación de El instante de peligro; un ´diario´ que será publicado por la editorial cartagenera Balduque.

Junto a ese punto intimista, en El instante de peligro está muy presente el mundo del arte, «porque es mi mundo», recuerda. «Esta novela podría verse como el reverso de Intento de escapada, una obra sobre la decepción». «En mi primera novela -explica Hernández- el protagonista es un ser fascinado con un artista que acaba decepcionado con todo lo que rodea ese mundo, mientras que en ésta el profesor encuentra cierta verdad; cree en el arte y en la vida». «Quería dejar claro -añade- que el arte me gusta y que hay cosas que merecen la pena, por lo que de alguna manera muestro mi reencantamiento con el arte y, al mismo tiempo, con la vida».

Y lo hace jugando con los límites entre obras de arte reales -hace referencias a la artista murciana Tatiana Abellán, que según adelanta será la autora de la portada, y que aparece con otro nombre como la joven artista que envía las películas al profesor- e imaginadas. «Cuando pienso las cosas, se me vienen a la cabeza obras de arte que las representan», confiesa el escritor.

El profesor murciano sólo pasará unos días en España y volverá pronto a Cornell, donde está investigando acerca de la relación entre el tiempo y el arte, tema sobre el que está escribiendo un ensayo.

Con su tercera novela ya a medias y que espera terminar cuando finalice en junio su beca en EE UU, Miguel Ángel Hernández ha descubierto que la literatura de ficción le sirve «para enfrentarme al mundo del arte y al mundo en general» y no pensaba cuando comenzó a escribir relatos y terminó Intento de escapada el éxito que le esperaba. «Todo lo que me está pasando en el mundo literario es más de lo que yo podía aspirar», reconoce.