«Vita brevis es amor; es una historia de amor». Así define el director de teatro murciano Joaquín Gómez la adaptación del libro de Jostein Gardeer que esta noche estrena en el Teatro Romea de Murcia y que contará con la presencia en el patio de butacas del autor noruego.

Vita brevis nació en la casa de Pedro Cano, donde Gómez y Nieves Castells, protagonista absoluta del montaje, comentaron al pintor que, tras la comedia Woman Caos, su anterior puesta en escena -aún de gira-, querían un proyecto más dramático. El artista de Blanca les prestó un pequeño libro del autor de El mundo de Sofía.

«Cuando al principio nos habló de esta obra casi desconocida en España sobre la concubina de San Agustín no nos convencía mucho, pero al leerlo nos dimos cuenta de que era precioso», recuerda Gómez, quien se puso manos a la obra para solicitar los derechos de autor. Lo hizo formalmente, pero también a través de una carta de Nieves Castells «en la que mostraba su absoluto entusiasmo por meterse en la piel de Floria Emilia».

Gardeer no tardó en contestar y ceder los derechos y, meses después, en aceptar la invitación para asistir al estreno en Murcia.

El autor noruego publicó Vita brevis en 1996. Gaarder imaginó las cartas que Floria, amante de Agustín de Hipona y madre de su hijo, le escribe tras recibir un ejemplar de sus Confesiones. Y en esas epístolas rechaza que Agustín viviera el amor que sentía por ella como un obstáculo para el amor de Dios, una de las preguntas principales del texto: ¿puede el amor a una persona ser un límite al amor de Dios?

«Floria rebate sus principios filosóficos, todos los que sustentaron después la Iglesia Católica, y lo hace desde su experiencia, como esposa y como madre», explica el director de Vita brevis, quien confiesa lo «complicada» que fue la adaptación, que realizó junto a Castells. «Tenía que ser muy teatral para llegar al espectador», afirma. Pero en la versión teatral ha mantenido la importancia de la palabra, de las emociones de la protagonista que rebate a San Agustín «con argumentos firmes e irrebatibles, porque apelan a su propia vida».

Vita brevis, explica Gómez, habla de filosofía, de los principios eclesiásticos, pero, sentencia, «el texto es amor». «Es una historia de amor de una mujer que quiere arreglar cuentas y se pregunta cómo puede un hombre cambiar tanto por un principio filosófico, por acercarse a Dios; y ella -añade Gómez- no cree en un dios que castiga y que pide sacrificios, por lo que no entiende que un hombre que ha disfrutado tanto de la vida pueda cambiar hasta ese punto».

Por esta razón, para el director del montaje Floria es un personaje del siglo V que bien podría ser cualquier mujer de hoy en día. «Igual que aún existen Medeas o Cleopatras, existen Florias», dice Gómez, quien asegura que la adaptación de Vita brevis «va a ser todo un descubrimiento para la escena española por los temas que abarca y por el montaje».

Además de la actriz, participa en la representación a través de la voz en off el actor y catedrático César Oliva Bernal interpretando a San Agustín. «Es perfecto para el papel de este hombre cansado y a la vez rotundo», explica Gómez, quien matiza sin embargo que la obra es un monólogo «con Nieves defendiendo todo el texto».

En el montaje también ha participado el principal responsable de que naciera este proyecto, el pintor Pedro Cano, quien cedió cinco de sus acuarelas dedicadas a las ciudades del Mediterráneo para la escenografía, que precisamente estos días se pueden ver en la galería La Aurora de Murcia.

Con la ayuda del diseñador gráfico, los cuadros de Cano -quien ya había colaborado con Gómez en Woman Caos- cobran vida en el escenario y el director adelanta que será «algo impresionante».

En la escenografía también han participado Israel Franco Müller y Fede López, mientras que Luisma Soriano ha diseñado la iluminación del montaje, que contará con música de Fran Sánchez.

Todos ellos ayudan a contar esta historia en la que Gardeer enfrenta el ´carpe diem´ con las teorías de San Agustín, más centradas en la vida después de la muerte, a través de una protagonista fuerte y erudita que no duda en enfrentarse a él: «Primero debemos vivir. Luego podremos filosofar».

«Ella nos descubre que debemos vivir el momento y, si bien es cierto que la teoría se la sabe todo el mundo, pocos la aplican; ella dice que la vida hay que vivirla y disfrutarla, porque Dios ha puesto ahí las cosas maravillosas para disfrutar, no para sufrir», concluye Joaquín Gómez .