Mi pequeña historia suena sobre todo a banda, porque Andrés Suárez y el productor, Alfonso Pérez, pusieron a todos los músicos a interpretar a la vez, mirándose unos a otros como si de un concierto se tratara. El disco es luminoso y optimista, roquero a menudo, casi garajero en algunos momentos, pero con toda la lírica y el sentimiento que apasiona a su creciente comunidad de seguidores. Andrés Suarez lo ha presentado en el Teatro Romea.

¿Es cierto lo de que una cinta de Extremoduro te cambió la vida?

Completamente. Un amigo me grabó en octavo de EGB Rock Transgresivo (cara A) y Agila (cara B). Dejé el piano clásico en el conservatorio al año siguiente y me colgué una guitarra, comencé a escribir canciones...

¿También fichar por una discográfica (ahora en Sony)? ¿Qué te ha reportado?

Una discográfica no me ha cambiado la vida, me ayuda a crecer, a dar a conocer a más personas en todo el mundo. Eso quiero. Yo era de los que maldecían a las discográficas en los bares por las noches y decía que en lugar de sumar restaban. Hoy tengo que arrepentirme de aquellas palabras. A día de hoy estoy contento en este camino compartido. Nadie impone nada, se trata de crecer en una dirección correcta.

¿Qué experiencia has sacado de trabajar en la ´BBC´ ( bodas, bautizos y comuniones)?

La mejor posible. Las orquestas, los dúos de ´pachanga´ me han permitido aprender mucha música, muy distinta, y a valorar el currazo que hay detrás de esa gente que se deja la piel y las fuerzas en la carretera cada noche.

¿Qué cuentas en Mi pequeña historia?

Exactamente eso. Todo lo que canto lo besé, lo conocí. Sucedió. Cuento la historia de un gallego que salió con la guitarra a buscarse la vida con dieciocho años y la buena gente que encontré en el camino.

¿Ha sido un proceso largo de composición y grabación?

Todos mis discos lo son. Trato de cuidar mucho mi obra, desde su sonido a las frases. Cuando yo me vaya, mi obra seguirá aquí. Creo que es más importante que yo mismo a día de hoy. No me importa tardar mucho en grabar un disco, hasta que no suene como el soñado no paro.

¿Te gusta grabar en directo? ¿Cuál es la razón?

La razón es que tengo treinta y dos años y llevo desde los catorce cantando en garitos. Creo en eso, en la mirada sostenida, en el diálogo entre el público y el que canta. No me siento cómodo mirando a una pared con una luz roja que pone ´grabando´.

¿Cómo suena Andrés Suárez? ¿Ha habido cambios en tu estilo?

Creo en la evolución, más si se trata de la misma en la música. No dejo de leer, de escuchar, de aprender, luego cambio. Creo que para bien. Trato de tener un estilo propio, pero no me cierro a nuevas melodías, sonidos. Me queda demasiado por aprender.

¿Crees que la canción de autor está más de moda que nunca? ¿Por qué ?

Creo que nunca ha dejado de estar de moda, otra cosa es que tras aquel boom de los noventa no aparecieran tanto en los medios. Estaban en el mejor lugar posible para encontrar algo, en los bares. Creo que el acceso gratuito a la cultura como es internet hizo que de algún modo nos volviésemos a poner en boca de muchos. Para mí era cuestión de tiempo. No estoy en contra de los estribillos fáciles o la música comercial; lo que me apena es que no tenga cabida el resto. Me da pena que chavales de dieciocho años no sepan quién es Aute, Silvio Rodriguez, Jose Alfonso...

¿Te consideras más artesano que artista ?

Sí. Creo que desde los setenta el concepto ´artista´ en este país tiene que ver con una determinada iluminación, altivez tal vez que no va conmigo. Trabajo en algo en lo que te aplauden cada tres minutos ,y no creo que eso ayude al ego. Cuando cantaba en el metro la gente pasaba con prisa, no había aplauso, muchas veces ni mirada. A eso me refiero con artesano, con el contacto con la tarima, la misma que pisamos todos. A la misma altura.

¿Qué opinión tiene de las redes sociales? ¿Forman parte de su vida?

Al principio estaba en contra de las mismas, me robaban demasiado tiempo y no las entendía. A día de hoy son una herramienta necesaria de trabajo. Me di cuenta de esto cuando me fui a México o Argentina por primera vez y había cien personas en los locales donde tocaba cantando las canciones. Es otro tipo de ´boca a boca´ que amplifica sin duda una carrera.

Xoel López, Iván Ferreiro, Robe Iniesta, Sabina, Pablo Milanés, Silvio Rodriguez. ¿Me dices algo de cada uno de estos nombres? ¿Tienen algún significado para ti?

Hablas de algunos de los culpables de que yo me dedique a esto. Creo que Joaquín Sabina es el mejor escritor de canciones de todos los tiempos. Pablo es un amigo y un ejemplo para mí. Ha grabado en mi disco Cuando vuelva la marea, me ha invitado a Cuba, a sus giras, y de forma desinteresada, únicamente por ser afín a mi obra. Ejemplo y maestría la de Milanés. Con Iván tengo un trato estupendo y admiro su obra. Robe, del que hablamos antes, es más que música para mí. Creo que es parte de mi origen.

¿Te afecta lo que te rodea? ¿Lo incluyes en tus canciones?

Estoy muy concentrado en estar vivo, trato de que lo que me rodea me afecte en el mejor de los sentidos. Un libro, una película, una conversación, un paisaje puede ser una canción, un poema, una pequeña o gran historia. Está en ti, y creo que nunca he estado tan abierto al mundo como ahora.

¿Cómo surgió la colaboración en Ya verás con Funambulista? ¿Qué te parece mi paisano?

Es un maestro. Es un referente para los que hacemos canciones. Le va de maravilla, y no sabes lo que me alegro; es de ley. Fuera del escenario somos grandes amigos desde hace años. Me llamó para cantar a medias Ya verás. Rompí a llorar la primera vez que la escuché. Creo que esa canción formará parte de la historia de la música.

Casi todas tus canciones hablan de desamor. ¿Te han roto muchas veces el corazón?

He conocido los límites del amor, por lo tanto del dolor. ¿Te he dicho que me encanta estar vivo?

¿Que te inspiró para componer Clasificados?

Sus protagonistas. Una pareja venía a verme a la sala madrileña Galileo Galilei hace años y, a punto de ser desahuciados, me contaron su gran historia. Ella no perdía la sonrisa y le pregunté que cómo era capaz de no dejar de sonreír contándome aquello, a lo que respondió: La esperanza se puede perder, el humor nunca. Les prometí una canción con su historia y cumplí.

Has ampliado con una función más. ¿Cómo van a ser?

Los dos serán con el bandón que me acompaña, aunque, tratándose del templo en el que cantamos, habrá un espacio en el que me quede solo con la guitarra en el escenario. Creo que es mágico cantar en un teatro como el Romea.