Los zombis se han revelado como la gallina de los huevos de oro del cine y sobre todo de la cadena de televisión americana AMC. Tras cinco temporadas de éxito The Walking Dead, acaba de estrenar la sexta. Paralelamente, acaba de terminar su spin-off, Fear The Walking Dead, algo así como ¿cómo empezó todo? Pero es que, además, paralelamente a este paralelo anteriormente indicado, también acaba de arrancar Fear The Walking Dead Flight 462, una webserie compuesta de 16 capítulos de poco más de un minuto. Siguiendo la ancestral tradición de la serie original, en el primer episodio de Flight 462 no aparece un solo zombi.

Ya saben los que conocen la serie, su spin-off y el apéndice web de este, que The Walking Dead no es precisamente un festival de muertos vivientes. Aunque lo hay, y están ahí y todo gira en torno a ellos, su aparición física se mide con escuadra y cartabón tanto que en su segunda temporada, cuando los zombis quedaron reducidos a mera anécdota, los fans pusieron el grito en el cielo y casi tienen que cancelar la serie.

A partir de ese momento la cosa cambió, pero no se crean, la segunda temporada de The Walking Dead sigue atesorando el que probablemente sea el mayor ´momentazo´ de la serie, el descubrimiento de Sofía (ahí lo dejo para los que no la hayan visto y les pique el gusanillo) y, en comparación con la última, la segunda le cien patadas al último batiburrillo de acontecimientos en el que se está convirtiendo The Walking Dead.

Lo peor de todo es que ya le hemos pillado el truquillo. Sabemos que The Walking Dead arranca de fábula, siempre hay muchos tiros en el primero episodio de la temporada, es el que arrastra para el resto de la emisión. Pero también sabemos que en cuestión de uno o dos episodios The Walking Dead se espesa con suma facilidad. Esto, no obstante, tiene su contraindicación. Si la serie creada por Robert Kirkman y Frank Darabont se pierde con frecuencia en sus personajes es porque le preocupan sobremanera y esto es importante. Porque sin personajes no hay emoción, y sin emoción no hay historia, y sin historia ya me contarán€