John Pizzarelli es un seductor. Se ha establecido como uno de los intérpretes principales del gran cancionero americano. Empezó a tocar la guitarra cuando tenía seis años, siguiendo el legado de su padre, y actuó al lado de grandes músicos del jazz que han sido de gran influencia para su carrera, entre los que se encuentran Benny Goodman, Les Paul, ZootSims, Clark Terry y Slam Stewart.

Grabó el disco My Blue Heaven para Chesky Records en 1990, y ofreció conciertos en clubs y salas, teloneando a artistas como Dave Brubeck, Ramsey Lewis y Rosemary Clooney. Sin embargo, para Pizzarelli, su héroe e inspiración es Nat King Cole, y cuando lo comparan con él, lo toma como un gran cumplido: «Siempre he dicho en mis conciertos que Nat King Cole es la razón de por qué hago lo que hago, pero -añade- no estamos tratando de copiarlo. Su sonido era singular y muy inspirador. Siempre he pensado que somos una extensión, la versión del siglo 21 de lo que fue su banda».

Con 28 discos editados desde 1983, a los que se unen decenas de colaboraciones con otros artistas, una de las características en la carrera profesional y discográfica de John Pizzarelli es la de rendir homenaje a aquellos músicos que le han marcado en su trabajo de una u otra manera. Hace unos años le dedicó un excelente y divertido disco a Frank Sinatra, y ahora lo hace con otro mito de la música pop, sir Paul McCartney, con Midnight McCartney, su último disco en el mercado.

Según contó, McCartney le escribió en una carta: «Tal vez sea interesante que toques algunas de mis canciones que son menos conocidas».

Quería escuchar cómo sonaban sus temas con el ´delicado estilo de jazz´. Pizzarelli dijo en un comunicado que interpretó los temas del exbeatle añadiendo elementos que él no había utilizado antes, como coros y palmadas. Entre las canciones se incluye My Valentine, del álbum de 2012 de McCartney Kisses on the Bottom, que ya era en sí un proyecto de jazz.

No es la primera vez que se acerca al trabajo de McCartney, ya que, aunque de manera indirecta, lo hizo en 1998 con su John Pizzarelli Meets The Beatles, un disco en el que recreaba doce famosas canciones de la banda de Liverpool y, evidentemente, la mayoría de esos temas estaban firmados por el dúo Lennon/ McCartney. Las trece canciones que suenan en este disco están firmadas por el ex-Beatle, pero ninguna de ellas pertenece a los Beatles, sino que son posteriores. Es un disco bonito, amable, con buenos arreglos, y al que bien merece la pena echarle una escucha.