El ciclo El privilegio de la mirada, que organiza la Fundación Cajamurcia en la sala Belluga de Murcia, inauguró ayer una exposición dedicada al escultor Juan González Moreno y, concretamente, al estudio del cuerpo humano pensado a través de pequeños bocetos y dibujos, «en los que late con fuerza el concepto esencial de la belleza del autor».

La exposición, incluida en la programación de artes plásticas de la Semana Grande de Cajamurcia, se podrá visitar hasta el próximo día 5 de diciembre.

El ciclo El privilegio de la mirada pretende descubrir el proceso creativo de un artista, interpretando y contextualizando su obra a través de bocetos, dibujos, textos y otros recursos expositivos.

En esta ocasión, la muestra gira en torno a la visión del cuerpo humano como experiencia artística y reúne un total de seis esculturas -cinco bronces y una escayola- y nueve dibujos del propio González Moreno (ocho en lápiz sobre papel y uno a la sanguina). Todas las obras han sido cedidas para la ocasión por el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam).

El coordinador del ciclo y director del proyecto Huellas, el catedrático de Historia del Arte Cristóbal Belda, destacó ayer que «Juan González Moreno supo aunar sus innovaciones en la percepción de los valores plásticos del cuerpo humano con un sentimiento equilibrado que hacía del desnudo una forma de percibir los valores del espíritu. La belleza del alma, por la que tanto suspirara el clasicismo, se manifiesta a través de la hermosura del cuerpo».

El comisario del ciclo presentó la exposición junto al gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, y la directora general de Bienes Culturales, María Comas.

La idea de esta exposición viene sugerida por ese mismo concepto de belleza de los clásicos, con el que «conectó nuestro escultor sin más intermediarios que la siempre viva tradición mediterránea que desde la época clásica al siglo XX alimentó una buena parte de la escultura española», añade Belda. Así, González Moreno (Murcia, 1908-1996) supo desvelar en la belleza del cuerpo el reflejo de una belleza interior que transmite el alma, como concluye el comisario.