La consejería de Cultura y Portavocía y el Museo Arqueológico de Murcia (MAM) desvelan cómo eran los rostros de la Prehistoria en la Región a través de la exposición de las piezas resultantes del estudio de aproximación facial aplicada a dos cráneos de hace 4.000 años (un hombre y una mujer) hallados en el yacimiento Camino del Molino, en Caravaca de la Cruz. Las reproducciones se expondrán junto a los cráneos originales como 'Pieza del mes' del MAM hasta el próximo 1 de noviembre.

La directora general de Bienes Culturales, María Comas, presentó las piezas, acompañada por el arqueólogo y coordinador de las excavaciones realizadas en Caravaca de la Cruz, Joaquín Lomba, doctor de la Universidad de Murcia del departamento de Prehistoria.

María Comas destacó «el gran interés del trabajo realizado sobre los cráneos prehistóricos por el médico forense Fernando Serrulla y la escultora Marga Sanin, a quienes tuvimos la oportunidad de escuchar en una reciente conferencia organizada en este museo. Ahora, las dos piezas resultantes serán expuestas en este espacio junto a un audiovisual explicativo, permitiéndonos mirar hacia nuestro propio pasado para descubrir los rasgos faciales del hombre prehistórico que poblaba la Región hace 4.000 años».

El proceso de creación de estas reproducciones comenzó tras el estudio paleopatológico y la datación de los cráneos hallados en Caravaca de la Cruz mediante C14, lo que indicó que se trataba de restos de hace 4.000 años. Y fue realizado por el médico forense del Hospital de Verín (Orense), Fernando Serrulla, (ligado a la Fundación Aranzadi del País Vasco) y por la licenciada en Bellas Artes y escultora forense, Marga Sanin.

Los profesores de la Universidad de Murcia, María Haber y Joaquín Lomba, fueron quienes entregaron los cráneos a Serrulla y Sanin para la realización de su aproximación facial en enero de 2014 y, a partir de entonces, se realizó un TAC y el escaneo e impresión en 3D (en polvo cerámico). Sobre las reproducciones resultantes, se hizo un croquis de marcas, estableciendo las profundidades de las partes blandas, según técnicas forenses, que permitió realizar el recubrimiento mediante arcilla.

Tras la inserción de globos oculares y dentición, se procedió al acabado de color y a la colocación del pelo, de nuevo siguiendo las indicaciones forenses y del equipo de antropología y arqueología que ha estudiado los restos y que lidera Lomba. Las piezas permanecerán expuestas en el Museo Arqueológico de Murcia hasta el 1 de noviembre junto a los cráneos originales. Asimismo, un audiovisual explicará al visitante cómo se ha realizado el proceso de reconstrucción.

El yacimiento

El yacimiento Camino del Molino (Caravaca de la Cruz), localizado de manera fortuita en 2007 durante la realización de las obras de una promoción de viviendas y excavado durante 2008, se establece como un enterramiento múltiple calcolítico definido por una cavidad con una planta circular de unos seis metros de diámetro.

A 400 metros de donde se halló, se localiza el poblado prehistórico Molinos de Papel, habitado desde finales de la época neolítica y que está configurado por cabañas circulares con zócalo de piedra y gran cantidad de silos excavados sobre el cerro, en cuya ladera se sitúa el enterramiento.

Algunas de las características que hacen excepcional este enterramiento es el elevado número de inhumados (hombres y mujeres de todas las edades) y la escasez de elementos de ajuar. A falta aún de un estudio detallado, el recuento de cráneos permite calcular un número aproximado de individuos de 1.300, una cifra que escapa a cualquier comparación con otros yacimientos de igual cronología a nivel europeo.

En la época en la que esta comunidad de unos 70 habitantes se estableció en la zona (entre los años 2.300 y 1.900 a.C, aproximadamente), lo habitual era que sólo se enterrara a una pequeña parte de la población, pero en este caso, y a lo largo de unos 300 años, se dio sepultura a la totalidad de sus miembros.