Iván Ferreiro ha sido invitado a clausurar mañana en la Facultad de Letras de la UMU el congreso Big Up! dentro del apartado Inspiración -la entrada es para los profesionales inscritos en el congreso-. El músico gallego ha publicado tras la disolución de Los Piratas cuatro discos de estudio y lleva meses encerrado preparando su nuevo trabajo, que espera tener listo para el próximo año. Aunque a lo largo de este tiempo no ha salido de gira, sí subirá el sábado al escenario de la sala REM de Murcia para cerrar también el Big Up! Calle con un concierto para el que ya se han agotado las entradas.

Su conferencia se enmarca dentro del apartado Inspiración, ¿cree que su trabajo puede ser inspirador para alguien?

No lo sé... Voy a intentar inspirar lo máximo posible, aunque no sé si puedo serlo.

¿Pero suele dar consejos?

A veces sí, tengo ese punto de chulería, pero siempre aconsejo desde el sentido común, sobre lo que conozco y sobre lo que tengo experiencia.

«Ferreiro puede contar su experiencia y cómo ha logrado vivir de ello sin abandonar en el intento», le presentan en el Big Up! Dénos un adelanto, ¿cómo ser músico y no morir en el intento?

No es fácil, no sé si hay algún secreto, pero creo que si existe se encuentra sobre todo en la suerte; yo suelo hablar de un componente mágico, de algo que no podemos controlar y se nos escapa. Hay que estar en el momento determinado y que se den ciertas casualidades.

Pero si se ha mantenido tantos años, también habrá trabajado mucho para lograrlo, ¿no?

Claro, hay que trabajar, pero hay muchos que trabajan y no les salen bien las cosas. Yo trabajo y me esfuerzo, pero veo que hay gente que trabaja más que yo, que se esfuerza más y que no le van tan bien las cosas. Por eso hay un punto de suerte para que, por ejemplo, te vea un promotor y te invite a un concierto... Hay cosas que no se pueden controlar y, de hecho, creo que es un error intentar controlarlas.

En el congreso van a participar productores, distribuidores y otros profesionales del sector, ¿cómo se lleva con 'el otro lado', con la industria?

Fenomenal, con la industria me llevó muy bien. Con mi manager, los promotores... Como decía, cuando llevas mucho en esto te das cuenta de que la base es entender la labor de los demás. Sé que hay muchos mitos sobre si los músicos y la industria no se llevan bien, pero yo en mi compañía [Warner] no trato con la industria, trato con personas con las que llevo trabajando 25 años. Y, además, hay que entender su trabajo, como el de los promotores, por ejemplo, que no es un negocio fácil. Es importante confiar en todas las partes y comprender que en todas ellas se pueden cometer errores. Si yo he conseguido llevar una vida entera en la música ha sido gracias a mi manager, al chófer, al electricista, al publicista o los periodistas... Para que mi canción la escuche alguien es necesario el que pone mi disco en la estantería, el que pone bien un título en Spotify... Yo no soy millonario, soy un trabajador más que depende de muchas personas.

Este año no ha salido de gira, ¿se echa de menos el escenario?

Es la primera vez que paro en quince años y me está sentando muy bien, pero sí que necesito tocar de vez en cuando, por eso clausuraré el Big Up! con un pequeño concierto, necesito darlos de vez en cuando.

He leído que tardó en terminar una canción diez años. ¿Qué se siente, tarde cinco minutos o cinco años, cuando se pone el punto final a una composición?

Es una gozada, es una sensación cojonuda y me cuesta explicar el placer que se siente. Cuando escribo me lo paso muy bien y poner el punto final es fantástico, pero lo que más me gusta es grabar la canción inmediatamente para escucharla. Cuando termino la maqueta y la escucho es un momento emocionante y, sobre todo, privado, nadie excepto dos o tres personas sabemos que esa canción existe y suelo escucharla hipnotizado. Lo curioso es que me pasa sea buena o mala, hasta cierto tiempo después, no soy consciente de eso.

¿Y cuando llega el momento de compartirla durante un concierto?

Es genial. Cuando tienes un repertorio de temas nuevos que primero eran para ti y de repente lo estás compartiendo con tanta gente es un subidón. De hecho, yo soy muy sensible y tengo que controlarme muchas veces para no echar la lagrimilla. Me tengo que poner a pensar en otra cosa.

Decía Paco Loco que un buen grupo, más que cantar bien, debe mantener una actitud y saber defender sus temas en el escenario. ¿Está de acuerdo?

Estoy totalmente de acuerdo... Ese es el papel del pop y del rock, es gente expresándose con algo definitivo e indiscutible que presenta su canción más bonita. Luego está la música clásica y otros géneros, pero esa es la esencia del pop y del rock.

Está preparando disco para el año que viene y, en esta ocasión, no lo ha compuesto durante una gira, ¿qué nos vamos a encontrar?

Llevo desde enero en casa y contaré qué pasa cuando estoy en casa. Vine hace poco a Madrid para ver qué opinaban mis colegas y David Bonilla [Warner], que tiene mucho ojo, me dijo que íbamos bien. Normalmente tienes una colección enorme de canciones y mi responsabilidad es hacer canciones bonitas. A veces a mí me lo parecen, pero prefiero escuchar opiniones porque puede pasar que tengas una canción alegre y, si se ponen todos a llorar, pues te preocupas. Ahora las grabaré tranquilamente y espero tener el disco el año que viene y empezar pronto la gira.

¿Habrá alguna canción homenaje a Javi Fernández, su compañero de Los Piratas fallecido recientemente, o eso se lleva por dentro?

El homenaje se lleva por dentro. Es algo íntimo entre Javier y yo.

Acaba de presentar también la 'banda sonora' de la trilogía del escritor César Pérez Gellido, Versos, canciones y trocitos de carne. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Es divertido de cojones. Iba a hacer una sola canción, pero nos reunimos César, mi hermano y yo e hicimos tres. Fue divertidísimo, sobre todo porque no habla de mí, podía trabajar con conceptos que estaban en las novelas y jugar con la trama, o hacer una canción que parece que habla de amor y está hablando de un asesinato.

¿Y qué banda sonora le pondría al panorama político actual?

La política está como está... No quiero saber nada de eso de momento, prefiero dedicarme a mí. Ya sé que así parezco un egoísta y socialmente irresponsable; porque como los políticos no han sabido solucionar nada, ahora están haciendo responsables de todo a los ciudadanos; parece que si no te preocupas pues no eres un buen ciudadano, pero, de momento, no me interesa nada pensar en la política.

¿Siguen afectando las descargas ilegales?

¡Eso ya no existe! Ahora existe Spotify y así parece que no haces algo malo.

¿Entonces está ayudando a disminuir la piratería?

Lo bueno que tiene es que la gente puede acceder a la música. ¿Sabes lo que, además del dinero, se perdía con las descargas ilegales? Lo que más pena me daba era no saber cuánta gente escuchaba mi música y cuántas eran de aquí o de allá. Con Spotify al menos lo sabes.

¿Y le gusta saber cuántos escuchan sus discos?

A la hora de montar una gira es fundamental; si no le gustó mi disco a nadie, ¿para qué vas a dar conciertos? Es importante saber que la gente te escucha y dónde. Antes esa información te la daban las ventas de discos y con las descargas se perdieron las ventas, pero también la información de tu público, que es fundamental para que los promotores organicen conciertos. Por ejemplo, con Los Piratas sabíamos que en Murcia funcionábamos muy bien y teníamos un gran público, por lo que actuábamos muchísimo allí.

A Iván Ferreiro tampoco le va mal por Murcia, ¿no?

A mí me encanta Murcia. Soy un defensor de la Región.

¿Y cómo va a ser el concierto de la sala REM del sábado?

Ni idea, lo bueno de no tener disco es que puedes improvisar con los temas que más te gustan. Iremos mi hermano y yo y tocaremos un poco de todo.