El artista murciano Sergio Porlán expone en la galería Art Nueve Casa fría, que reúne el trabajo más reciente del autor, articulado como un proyecto específico para el espacio de la galería, donde la pintura, escultura e instalación se ponen al servicio de un discurso sobre la fragilidad, el paso del tiempo y la conciencia de lo cotidiano, como explican desde la sala de arte.

Casa fría toma como referencia el espacio doméstico, alterando los elementos que lo componen para dotarlos de un nuevo sentido, un sentido simbólico. "Pretende generar una escenografía artificiosa donde el espectador experimente una casa extrañada, con rasgos alucinatorios, un lugar de encuentro en los que os objetos frágiles, en equilibrio precario, avanzan y rodean al cuerpo del espectador, modificando su experiencia perceptiva, como si se encontrara inmerso en un estado alterado de la conciencia", añaden.

Hay una clara referencia al tiempo en todos los procesos de trabajo de este artista. Porlán introduce un tiempo otro, ralentizado, que frena y espacializa la velocidad de lo contemporáneo, de modo que abre una brecha para contemplar de manera crítica la realidad. En este proyecto, Porlán trabaja utilizando restos de medicamentos reales dispuestos sobre la supercifie pictórica, vaporizadores, acumulaciones de plásticos, elementos de luz, superficies reflectantes u objetos encontrados como piedras o cristales, que se ponen al servicio de una gramática particular, heterogénea y singular, que habla del artificio barroco, como si de un 'memento mori' o vanitas contemporánea se tratara. Una especie de alegoría sutil y casi invisible.

Una llamada de lo mineral que despliega una melancolía frente al paso del tiempo y la fugacidad de la existencia