Jordi Llobregat es un apasionado por la Historia relacionada con la evolución y transformación de las ciudades, y mantiene un especial vínculo con Barcelona, ciudad natal de su familia materna. Su bisabuelo fue propietario de la empresa de forjas de la que salieron las farolas modernistas de Pere Falqués del Paseo de Gracia. Se inició en la escritura a los doce años tras ver la película Le magnifique. En la actualidad, compagina la escritura con su trabajo al frente de una empresa dedicada a la realización de proyectos de competitividad territorial, desarrollo comunitario y de ciudades.

¿Cuando ´decide´ ser escritor?

No puedo recordar un momento exacto. Siempre me gustó contar historias y para ello probé a hacerlo a través de diversas formas. Tuve una época musical, una época de dibujante€ nada importante. En realidad, tan solo he seguido cierta tradición familiar que mantuvo esta inquietud como algo necesario para sentirse bien.

¿Cuándo, cómo y por qué se le ocurre escribir El secreto de Vesalio?

Hace unos años tenía que viajar a Londres con cierta frecuencia. En las librerías de los aeropuertos, que siempre visitaba entre vuelo y vuelo, me di cuenta de la gran cantidad de novela gótica, victoriana o de época colonial que se producía en el Reino Unido. Entonces me pregunté por qué no teníamos nosotros una tradición similar. En nuestro país se han escrito algunas obras muy buenas, pero nada parecido a la cantidad de allí. Se trata de un tipo de novela que me gusta especialmente, por lo que decidí escribir una.

¿Por qué Vesalio?

Vesalio es uno de los grandes científicos de la historia, alguien cuya vida y hechos son fascinantes y, además, resulta muy curioso que sea tan desconocido para el público en general. Yo lo descubro mientras me documento para la parte médica de la novela. Los grabados que aparecen en su famoso tratado son impactantes y la leyenda sobre su muerte es tan potente que fue como encontrar la última pieza que me faltaba del puzzle que estaba construyendo.

Es su primera novela y se publica en 18 países. ¿Cómo se consigue eso? ¿Cómo se siente?

Solo puedo estar muy feliz. Un escritor se siente mejor cuanto más lejos llega su obra, como es normal. A mí siempre me ha gustado viajar, me han interesado las culturas de otros países, por lo que pensar que un coreano, australiano o alemán lean El Secreto de Vesalio y me envíen algún comentario, me parece fascinante.

¿Por qué ha situado la novela en Barcelona, en un momento tan crucial de la ciudad como es el final del siglo XIX?

Pues justamente por eso mismo, porque se trata de una época única de la ciudad. Una de las cosas que más me atraen como narrador son los períodos históricos de transición. En este caso, se trata de un momento histórico impresionante: se están dando los primeros pasos hacia la modernización de la ciudad y al mismo tiempo, se conserva la superstición más arraigada. El enriquecimiento de la potente burguesía se produce a la vez que se agudizan las miserables condiciones de vida de miles de obreros que empiezan a rebelarse. A punto está de iniciarse la instalación de luz eléctrica en las calles, la aparición del automóvil€ Ciencia, arte y vida se encuentran en un proceso de cambio jamás visto antes.

La medicina es una ´protagonista´ fundamental en la historia y además en un punto, diría, de inflexión de la misma ¿cómo se ha documentado?

Para documentarme he utilizado tratados y libros de consulta actuales y de la época, hemerotecas de periódicos, algún buen amigo médico€ en general, he consultado todas las fuentes que tenía a mi disposición. Me sentía bastante responsable al tratar un ámbito del conocimiento científico tan importante y del que yo era completamente ajeno.

¿Cuánto tiempo transcurre desde la primera idea hasta la publicación?

Es difícil de precisar el tiempo transcurrido, pero sin duda, mucho. Hay que tener en cuenta que, muchas veces, una idea aparece muchos años antes de ponerse a escribir tan siquiera. Se queda ´en barbecho´, en algún lugar de la mente hasta que surge el momento de trabajar con ella.

Como no sé escribir... novelas... me maravillan todas. Pero esta engloba muchos secretos y subtramas alrededor de la principal. ¿Cómo hace, qué técnicas utiliza para encajar perfectamente todas las piezas del puzzle?

Para mí es fundamental la fase inicial que dedico a estructurar la novela (en la que también me documento). Necesito generar una buena guía para el trabajo posterior de escritura, aunque luego modifico casi todo lo planeado. Después, a la hora de escribir, no trabajo cada trama por separado y, posteriormente, las cruzo, como sería lo usual, sino que suelo redactarlo todo tal y como lo leerá el lector. De ese modo, siento que me acerco más al tono y ritmo que tendrá la lectura de la novela.

¿En algún momento se le rebeló algún personaje y siguió por su cuenta y riesgo en la historia?

Eso no puede pasar. Es algo que suele decirse porque queda muy bonito, pero los personajes son mi creación y esclavos de mi imaginación y limitaciones. Por supuesto que busco que el lector los sienta lo más reales e independientes posible, pero ningún personaje vive por su cuenta como si fueran los juguetes de Toy Story.

¿Cuando decide poner fin a lo que está contando?

Cuando termino la última corrección y ya me siento exhausto.

¿Con qué le gustaría que se quedase el lector al leer El secreto de Vesalio?

Me encantaría que, en primer lugar, lo disfrute mucho y, en segundo, que le provoque la curiosidad suficiente como para investigar más sobre Vesalio, sobre la época, o sobre cualquiera de los temas que se tratan también en la novela.

Que le importa más, a la hora de escribir, ¿la sangre o la psicología?

No creo que sean excluyentes. Lo sanguinario puede tener un trasfondo profundo, ¿por qué no?

¿Tiene algún método favorito a la hora de matar?

Me resulta especialmente atractivo que el asesino sea alguien normal e inesperado, lo que repercute en sus métodos para matar. Y también me gusta que, a su vez, el método caracterice al personaje.

¿Le gustaría matar a alguien?

Normalmente eso me ocurre cuando veo una fragante insolidaridad.

¿Qué no incluiría nunca en una novela suya?

Cualquier clase de apología sectaria de forma expresa o violencia gratuita.

¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?

No tengo géneros favoritos, me atraen las buenas historias que pueden estar contenidas en muy diversos géneros. Como lector, soy muy ecléctico, lo que tiene como resultado el tener un centenar de autores favoritos de todo tipo de género.

¿Qué está leyendo ahora?

En ocasiones leo a la vez varios libros, como es el caso. Ahora mismo estoy con Tierras rojas, de Abercrombie; Irene, de Lemaitre y La tienda, de King.

Como lector, ¿prefiere el libro electrónico o en papel?

Aunque utilizo el libro electrónico, cuya utilidad a la hora de viajar es indudable, prefiero con mucho el libro en papel y no se trata tan solo de un deseo romántico. El libro en papel es un objeto más cálido, que huele, pesa, tiene su propio lenguaje y sobre todo, no se lee igual. Lo dicho, no se trata de nada romántico.

¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

Quizás disponer de tiempo (risas). No, en serio. Me gusta tener una luz adecuada, un buen asiento, cierta tranquilidad y tener a mano algo para beber en una bonita taza.

Cuente alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta este momento.

Cuando un reputado catedrático de literatura me elogió el uso que daba a una herramienta literaria en un relato y no tuve ni idea a qué se refería.

A las puertas de la primera edición de Cartagena Negra, denos un consejo...

Sed vosotros mismos. Disfrutad. Tened en cuenta lo que piensa el público. Y, sobre todo, cuidar a los autores y a sus obras.

¿Sus planes inmediatos y a corto plazo son...?

Estoy bastante entusiasmado con las presentaciones y clubes de lectura de El Secreto de Vesalio que inicio en este mes de septiembre; con el trabajo de la nueva novela y con la organización de la cuarta edición de Valencia Negra... Un fin de año tremendo y emocionante.