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Defina brevemente qué es para usted la novela negra.

Una novela que, a través de una historia de investigación, analiza la sociedad en la que se desarrolla.

¿Hasta qué punto es necesaria en nuestra sociedad?

Es tan necesaria como lo es la cultura.

Confiese sus debilidades: obra, autor y personaje favoritos del género de todos los tiempos.

Aún no tengo uno favorito. Todavía estoy en fase de investigación. Sin embargo, me gustan mucho Lorenzo Silva y Alicia Giménez Bartlett. No me gusta, en general, la novela negra nórdica.

Y ahora la misma confesión pero del panorama actual.

Como he dicho, Lorenzo Silva y Alicia Giménez Bartlett.

¿Cuándo supo que escribiría novela negra?

Cuando terminamos la primera de ellas. No decidimos el género, definimos la historia. Y siempre en nuestras novelas acaba apareciendo misterio, investigación y crimen. Pero no es deliberado, simplemente nos gusta.

Más debilidades: ¿se inclina más por la personalidad del criminal o del agente de la ley?

Hay que intentar tratar con el mismo cariño una y otra, aunque me pueda sentir más a gusto investigando sobre lo que no conozco.

¿Sangre o psicología?

En novela negra, ambas. En la vida real, psicología, por supuesto.

Elija arma y técnica, ¿cuál es su método preferido a la hora de matar?

No es necesario matar para escribir una novela negra. Quizás el reto sea ese.

¿Qué no incluiría nunca en una de sus novelas negras?

No soy escrupulosa. Dependiendo de la historia, puede aparecer de todo.

Confiese alguna anécdota jugosa, siempre que no le incrimine, de su proceso creativo.

Visitamos la policía judiciaria en Lisboa cuando preparábamos Morbo gótico. El policía nos explicaba en portugués lo que nosotros le preguntábamos en castellano. No sé si le comprendimos bien.

¿Cree que el género negro ya no es considerado como literatura de ´segunda clase´?

¿Y cuál es la de ´primera clase´? Como suele decirse, hay buena y mala literatura, independientemente del género.

¿Qué le ha animado a asistir a Cartagena Negra y qué piensa encontrarse en estas jornadas?

Espero descubrir buenas historias y profesionales de los que aprender. Me ha animado asistir el encontrarme con buenos amigos amantes de la literatura.

El microrrelato

  • ¡Se ha llevado a mi hija!
  • Rosique no podía centrar la mirada en la alterada mujer que había irrumpido en la comisaría. Las doce horas de servicio le habían mermado las fuerzas. Miró hacia la derecha para ver si Martínez había vuelto del retrete, mientras los lamentos y exigencias de la mujer se amplificaban con el eco de la sala vacía. Se fijó en sus labios, cubiertos por un pintalabios corrido. Aquel brochazo de color le pareció erótico y sintió deseos de besarla. «Tranquilícese. ¿Quién se ha llevado a su hija?». La mujer puso un bolso de Chanel sobre el mostrador. «Tanita». Quién coño sería Tanita. La mirada le bajaba hipnóticamente a los labios. «Tanita no me coge el teléfono. Viajo en tres horas a Estados Unidos». «¿Y su hija?». «Tanita querrá chantajearme». Rosique no entendía las explicaciones que surtían de aquella boca desdibujada. «¿Qué pasa, Rosique?» Por fin Martínez había salido del urinario. La mujer se adelantó. «Han secuestrado a mi hija». «¿Es que ninguna de las dos tiene hijos?» Las policías se miraron pero contestó Martínez. «Sí, señora, nueve meses de gestación, dos de piernas hinchadas, ocho horas de dolorosas contracciones y estrías de por vida». La mujer se mordió el labio, manchando de rojo sus dientes, antes de contestar. «Eso no la convierte en mejor madre». Rosique miró a Martínez sin comprender. «Su vientre de alquiler ha huido». «Anda, la hostia, ¿y ahora qué?»