Juan Echanove, que dirige la comedia de Aristófanes La asamblea de las mujeres, que se representará en el auditorio el Batel de Cartagena tras triunfar en Mérida, asegura que él no persigue «entretener sino divertir» al público y rechaza «frivolizar todo por el arte de frivolizar». Entretener es un verbo que expresa un espacio que «no es ni chicha ni limoná», precisa Echanove (Madrid, 1961).

Lo que no le gusta «es la intrascendencia», recalca un Echanove que vive su tercera experiencia como director de teatro. Para desembarcar en su primera experiencia como director teatral en el festival de Teatro Clásico, finalmente apostó por una comedia por su amigo el actor Juan Luis Galiardo, al que escuchó decir a su hija poco antes de su muerte: «¡María, más dramas no!».

Lo hace con una versión de Bernardo Sánchez y con Lolita, Pastora Vega y María Galiana como protagonistas de la rebelión que hacen las mujeres para arrebatar el poder a los hombres.

Una «comedia trascendente», insiste Echanove, que clama contra una sociedad que considera «pacata e inmovilista».

Cuando interpreta a Miguel Alcántara en la serie Cuéntame, expone, le parece estar «en una comedia de hoy» y no de los años ochenta, y dice que su actitud ante la vida es que «hay que ir hacia delante».

La farsa que dirige aborda, según explica, la «Grecia de todos los tiempos», que en realidad es el mundo de siempre con sus guerras, sus crisis y su corrupción, que «no es un efecto climático», aclara, ya que está hecha por hombres y mujeres.

Pero a pesar de todo, la obra, con tintes de cabaré y acompañada por la música de chirigota del gaditano Javier Ruibal, «es un canto al optimismo: todo está muy mal, pero si lo que nos queda son las ruinas, que nos las devuelvan, que nos dejen la dignidad».

Echanove subraya que siempre se sale de las crisis, «¿por qué no ahora?», se pregunta. A su juicio, en Grecia se han hecho las cosas mal, pero también en Alemania, Estados Unidos o en España.

Echanove se muestra convencido de que «los países y los gobiernos «son susceptibles de caer», lo que no se puede perder son los valores que permiten a una sociedad convivir y desarrollarse, apunta el actor madrileño. A pesar de estas reflexiones y de que se define como «votante de izquierda», prefiere no entrar en la situación española tras las elecciones del 24M: «No voy a volver a hablar de política en mi puta vida», detiene al periodista.

«Por decoro, y por defensa de mi identidad y de mi intimidad», lo justifica Echanove, que dice que todavía cree «en el voto y en los políticos». Echanove vuelve a su obra y explica que «dirigir no es ni más ni menos que contar el cuento desde tu punta de vista». Para ello asegura que intenta provocar a los actores y convencerles para que se suelten y hagan suyo el montaje, y no se anda «con paños calientes», admite. Echanove, que lleva 37 años de cine, teatro y televisión, con dos premios Goya, indica que a estas alturas sabe cómo funcionan los mecanismos de un actor, sus miedos e inseguridades.