Los cantes tradicionales mineros de Encarnación Fernández y la más reciente creación del guitarrista Carlos Piñana "El cuidado de una esencia" han sido los protagonistas de la tercera gala del Festival Internacional del Cante de las Minas.

En esta primera gala doble de esta edición, la unionense Encarnación Fernández, dos veces premio Lámpara Minera, ha abierto la noche.

Acompañada de su hijo, el guitarrista más joven en ganar el Bordón Minero en 1989, Antonio Muñoz, se ha presentado segura, señorial ante su gente, sus vecinos y amigos, pero también quien esta noche la descubría.

Con tranquilidad y con un escueto "buenas noches" ha comenzado su actuación con una malagueña, seguida de una soleá.

Entre sorbo y sorbo de agua, mientras ganaba en voz y en presencia, Encarnación Fernández ha anunciado un taranto y una murciana.

La dureza de estos cantes se nota en la voz de quien conoce la mina, el desgarro, el dolor y la muerte que los vecinos de La Unión sufrían por llevarse el pan a la mesa.

Tras una gran ovación, se han incorporado los palmeros para acompañarla en unas alegrías.

La velada, que se hacía cada vez más corta, tocaba a su fin inevitablemente, aunque el público quería más de esta dama del cante que, ahora también con dos pianistas, se ha arrancado con una cantiña y un garrotín con el que el público ha acompañado en algunos compases con palmas.

Gitana elegante, gran señora, Encarnación Fernández, que ha ido ganando enteros, seguridad y voz durante su actuación, ha hecho gala de su raza con "La canastera", para seguir con una delicada nana con la que ha acurrucado en sus brazos a la gente que la ha escuchado en la

Catedral.

En una noche tan corta para Encarnación y su hijo Antonio, el amanecer ha llegado con "Se nos rompió el amor" por bulerías. La canción del compositor Manuel Alejandro ha servido para que se despidiesen entre "olés" y "guapa" de su casa, de su gente.

El final de la primera actuación ha permitido que el público tomara aire durante unos minutos antes de que se subieran al escenario el guitarrista Carlos Piñana y la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (OSRM).

El guitarrista cartagenero, premio Bordón en 1996, ha presentado su última creación: "El cuidado de una esencia", una suite para guitarra flamenca y orquesta.

Concebida inicialmente para que la ejecutase toda la Sinfónica de Murcia, tal y como se hizo en su estreno, en esta ocasión, en el escenario del antiguo mercado público, se ha presentado la sección de cuerdas de la OSRM.

Piñana ha hecho un repaso por un buen número de palos del flamenco con una soberbia Sinfónica dirigida por el maestro César Álvarez, que ha estado muy fino en los cambios de compás, y con Miguel Ángel Orengo a la percusión.

Tras unas breves palabras de agradecimiento al festival, ha querido recordar a dos referentes y genios del cante como eran su abuelo, Antonio Piñana padre, y su padre, Antonio Piñana.

Después de una rumba se ha despedido por primera vez y a su vuelta ha rematado la noche, esta vez arropado por la sección de chelos, compuesta por Aida Ciftja, Svetla Nankova y Juan Mellado, que ha tenido una presencia destacada en la noche.

Reconocimiento a Camacho

  • Antes de que comenzaran las actuaciones, el alcalde de La Unión, Pedro López Milán, ha entregado el Castillete de Oro del Festival al exjugador de fútbol y entrenador José Antonio Camacho.Natural de Cieza, el que fuera seleccionador nacional ha agradecido el premio y la labor que hace el festival para "la conservación y difusión del arte español y el flamenco"
  • Acompañado en el escenario por su amigo, el torero también homenajeado en esta edición del festival, Pepín Liria, Camacho ha reivindicado la tauromaquia con un "soy taurino"