La cantaora granadina Estrella Morente enamoró anoche al público que acudió al antiguo mercado público de La Unión, en la primera de las galas del Festival del Cante de Las Minas.

Morente, que también ha sido la pregonera de esta edición, comenzó su actuación acompañada del guitarrista y amigo de su padre, Enrique Morente, Alfredo Lagos con el que ha interpretado "Coquinas", unas alegrías del disco "Mi cante y un poema".

Casi sin acabar la interpretación ha aparecido en escena el bailaor Israel Galván que ha bailado una soleá.

Con los aplausos del público que llenaba la Catedral del Cante, aparecia la guitarra de Montoyita y José Carbonell Monti; las palmas de Antonio Carbonell y Ángel Gabarre; y Popo a la percusión.

Morente se crecía con su grupo, con el calor del público y tras algo más de media hora, se levantaba de su silla y con la seguridad que da saberse ante su gente ha recordado a su padre con la canción de otro granadino, Carlos Cano, "Habanera Imposible", que interpretó en el funeral de su padre.

Un gesto a la Región, con el que siguió tras un breve parón tras el estribillo, y que levantó una gran ovación, en el que convertió Granada en "Murcia, no tengas miedo de que el mundo sea tan grande".

Tuv que pasar casi una hora para que, sentada, con gesto apasionado, una leve sonrisa y mirada extasiada, recordase el pregón que había dado la noche anterior en el mismo escenario.

"Mi padre me enseñó a ser una aficionada, ante todo eso. Para mí es más importante ser una aficionada, que el éxito". Unas breves palabras para dar paso a una serie de cantos del levante que inició con una taranta.

El descanso para cambiarse sirvió para presentar a su grupo y levantar los olés cuando Enrique Morente hijo tomaba la voz para pellizcar el alma junto con el resto de sus compañeros.

Estrella volvía con fuerza, con aires de diva, el escenario dominado, con mantón de manila, abanico y un homenaje a Lola Flores con "La Zarzamora" y un breve pasaje de "No dudaría" de Antonio Flores.

La pasión y la dulzura con que Estrella estaba en el escenario contagiaban a un público que permanecía a la espera, que aguardaba atento a cada paso que da encima del tablao, sus movimientos y bailes, y que se enamoraba con cada sonrisa que les brinda.

Así, casi daba por concluido el espectáculo, de nuevo con el recuerdo al pregón y a su padre, por seguiriya y bulerías, para llamar de nuevo al invitado Israel Galván y Alfredo Lagos.

Con ellos sobre el escenario, Estrella Morente interpretaba el poema de León Felipe "El pequeño reloj", que da nombre a uno de los últimos proyectos que su padre llevó a cabo y en el que participaron el bailaor y el guitarrista.

El público, entregado, no quería que la granadina, protagonista en esta LV edición, se despidiese y Estrella volvía, con su grupo, para acabar como empezaba su padre los conciertos: con una toná.

De este modo, en oscuridad, con el cante a capella, con el silencio roto por el taconeo de Israel Galván, se despedía la noche y Estrella volvía a conquistar a un público que ya es suyo. Y de su padre.

Castillete de Oro a Pepín Liria

El toreo estaba también presente en la gala, no solo por el breve homenaje que Estrella Morente ha hecho a su marido, el torero Javier Conde, sino también por el Castillete de Oro que la organización del Festival ha entregado al torero de Cehegín (Murcia), Pepín Liria.

Ante más de 200 asistentes en el salón de actos de la Casa del Piñón, sede del ayuntamiento de La Unión, Liria ha aseguraba que este galardón "defiende lo que es más importante para mí" en referencia a la tauromaquia.