«Yo sabía que se acercaba a mí, lo habíamos hecho en los ensayos. Él decía la frase ´No es tiempo para andar solos´ y me acompañaba a la salida. Pero que de repente se viniera todo esto... Fue toda una sorpresa», asegura Aurelia Fernández. Era la guinda del pastel más dulce de toda su vida. Uno de los presentadores de la gala, Imanol Arias, también conocido como Antonio Alcántara por su papel en la serie Cuéntame cómo pasó, la despidió con un beso de película que levantó al selecto público de los Premios Platino de cine Iberoamericano, en Marbella.

Pero, ¿cómo había llegado hasta allí, al escenario principal, aquella joven desconocida en silla de ruedas? Su historia comienza hace apenas unos meses, cuando el director Eduardo Bazo quedó cautivado tras un spot de la ONCE en el que Aurelia se había animado a participar. «Ya tenía en mente el mundo del teatro, pero fue este casting con el que dije: ´venga, ¿por qué no?´», confiesa esta alemana, de padre leonés, madre francesa y vida murciana. Criada en Molina de Segura desde los tres años, aquella prueba, con casi 30, fue su primera experiencia ante las cámaras.

Y desde entonces, no ha parado. «Se organizó una gala para el lanzamiento de la marca Ilunión -grupo de empresas de la ONCE- y Eduardo me propuso participar en otro vídeo con la actriz Belén Rueda», y ahí es cuando le picó definitivamente el gusanillo. El directo le había asegurado que buscaría pequeños proyectos para ella y, a principios de este año, se inscribió en una escuela de teatro en Madrid. «¡Pero no me esperaba que me llamase tan pronto! Y menos para una cosa así», asegura, todavía eufórica tras la gala que hace unas horas acababa de vivir.

«Hace un mes y medio me propuso participar para presentar la pelicula La isla mínima y ahora me están hablado de un corto y proponiendo diferentes cosas». A esta joven, los Premios Platino le han cambiado la vida más que a cualquiera de los galardonados. «Fue mágico. Mucha gente vino a felicitarme. Les había emocionado. La puesta en escena, la voz... Me decían que transmitía mucho y me dieron tarjetas, números de teléfono, etc. ¡Hasta el ministro de cultura, Íñigo Méndez vino a felicitarme en persona!».

Pero lejos de los elogios, piropos y palabras de ánimo, el gran recuerpo de esta incipiente actriz murciana será el detalle de Imanol, esa foto que, mientras vuelve de Marbella en tren, todavía no ha visto. «No he tenido tiempo de mirar nada». Es lo que tiene la ajetreada vida de las celebridades.