A lo largo de la Historia, la totalidad de grupos tribales de diferentes culturas se han pintado el cuerpo, con mayor o menor acierto. Algunos pueblos indígenas de Sudamérica ya utilizaban el huito, semejante a la henna, y otros colorantes naturales como el annatto y el carbón para elaborar decoraciones corporales de sugerente belleza; en ocasiones, cargadas de símbolos y de mensajes litúrgicos. La técnica del Body Paint reaparece en Occidente a finales del siglo pasado y se incluye dentro de la definición de «arte corporal». En festivales juveniles celebrados en Austria y Bélgica se practica en vivo y en directo el Body Painting, promovido por artistas arriesgados, como son las alemanas Gesine Marwedel y Xandra Herdieckerhör.

El pasado viernes en la galería de arte y restaurante Sótano, ubicado en la plaza Cruz Roja de Murcia, se celebró una 'sui géneri' velada bajo el título de Body Art, y seis pintores murcianos o afincados en Murcia, realizaron un cuadro sobre el cuerpo de cinco chicas y un chico -casi- desnudos. Resultaron seis 'cuadros vivientes' de variados estilos, pero todos ellos de una rica plasticidad, a pesar de las limitaciones de tiempo con las que contaban los autores. El arte sobre la piel humana fue pintado por Marcos Amorós, Álvaro Peña, Silvia Viñao, Cristóbal Pérez, Patricia Gómez y Carlos Montero; en este mismo orden, de izquierda a derecha, figuran en la imagen que acompaña a estas líneas.

Impacto visual

La iniciática resultó de gran impacto, artístico y sensual, para el numeroso público congregado que podía observar la evolución de cada una de las pinturas elaboradas sobre los cuerpos. La convocatoria la llevó a cabo Sótano Arte y Gastronomía, local mixto que ofrece una galería de arte fusionada con un restaurante bar, inaugurado el pasado 18 de marzo, bajo la coordinación y la batuta del incansable Francisco Coll. Más de seiscientos metros cuadrados, repartidos en dos plantas, han sido habilitados con mucha ilusión, creatividad y empeño, pero resulta un ambicioso proyecto carente de una adecuada gestión de marketing, debido a la importante inversión económica con la que se ha contado y por la implicación de los artistas participantes.

En el nuevo espacio expositivo-gastronómico se puede contemplar una muestra en la sala de exposiciones temporales de 16 obras de Gómez Cano, además de un cuadro de Pedro Flores, una pintura mural sobre madera de Muñoz Barberán, fechada en 1974, y un excepcional mural de José María Parrága, de más de siete metros de largo. El local también cuenta con seis comedores individuales, llamados con el mismo nombre de los artistas y donde se exponen cuadros de los seis pintores mencionados que han participado en Body Art. Se tiene previsto ofrecer un menú artístico denominado como cada pintor se llama. Decía Pablo Picasso, «Yo no pinto lo que veo, pinto lo que siento». Desde su reciente apertura, el local, ha organizado varias actividades artísticas con aceptable acogida por parte del público.