La reposición de películas antiguas ya no es sólo terreno de las filmotecas. Exhibidores, distribuidores y programadores han encontrado un nuevo filón para llenar los cines con la recuperación de clásicos como Ben-Hur o La semilla del diablo, que se reestrenan en la pantalla grande este mes de abril.

En los últimos años es cada vez más habitual que los cines programen sesiones especiales con viejos éxitos del pasado. El deseo de recuperar «la liturgia» y «la emoción» de ir al cine y la necesidad de llevar público a las salas, que ya no se llenan como antes, confluyen en este fenómeno.

El cineasta catalán Nacho Cerdá fue uno de los pioneros con las sesiones mensuales de Phenomena Experience. En diciembre de 2010 programaron por primera vez en Barcelona, en sesión doble, Tiburón y Alien, el octavo pasajero.

El éxito les animó a seguir y tras cuatro años y unos 100.000 espectadores, en noviembre pasado abrieron su propia sala en la capital catalana.

«Fuimos pioneros, pero a su vez recuperamos algo que existía hace muchos años, que era el cine de reestreno, yo no he inventado nada», subraya Cerdá. Su filosofía pasa por programar tanto clásicos, como películas de los 80 y 90 e incluso títulos recientes que ya no están en cartelera o que ni siquiera han llegado a estrenarse.

Así, para este mes de abril combinan Nightcrawler, Frío en julio o El francotirador, con un ciclo ´Especial Semana Santa´ que incluye Sansón y Dalila de Cecil B. DeMille o Espartaco de Stanley Kubrick y otro dedicado a las grandes divas de Hollywood.

«Esos cines parecen más una terminal de aeropuerto, en la que todos hacen la misma cola aunque uno vaya a Francia y otro a Alemania. Es un poco impersonal y contrario a la experiencia emocional que debe ser el cine», señala. Raúl Cabrera, director de Márquetin de Cinesa, la empresa líder de la exhibición en España, con 542 salas, asegura que hasta hace bien poco era muy complicado conseguir los derechos de determinadas películas, pero que eso ha cambiado desde hace un par de años. En su caso, lo que hacen son sesiones especiales, a menudo únicas, o de un par de días, en un número reducido de salas, y se centran en títulos «que marcaron época» y que funcionan por «el fenómeno fan», especialmente de los 70, 80 y 90, como Alien, Pulp Fiction o Blade Runner.

«Creo que en los próximos años veremos cada vez más contenido de este estilo», afirma Cabrera. «No es que vaya a cambiar el negocio -como mucho los ingresos pueden sumar el 1 % del total, en una buena semana- pero es un buen complemento», añade.

Para esta Semana Santa, Cinesa ha apostado por Ben-Hur, el clásico de William Wyler, con Charlton Heston, que podrá verse en 16 salas hasta hoy.

Un caso particular es el del fenómeno ´Sing Along´, una apuesta por el ´cine-karaoke´ que arrancó en Madrid el verano pasado, con la proyección de Grease, inspirada en el formato nacido en el Festival de Cine Gay de Londres en 1999. El "sing along", impulsado por la productora La Tropa, se vuelca en los musicales y es mucho más que cine, ya que cuenta con un espectáculo de animación propio durante el cual se enseña al público a corear las canciones y a ensayar las coreografías durante la proyección.