El estrella Michelin Pablo González-Conejero, cocinero del restaurante de La Cabaña de la Finca Buenavista, ha creado diez platos inspirados en las composiciones, colores y texturas de diez obras del Museo de Bellas Artes de Murcia (ocho cuadros y dos esculturas) para desarrollar «una experiencia artística integral, multidisciplinar».

Se trata de la exposición Gastroarte. El Mubam se come, un proyecto multidisciplinar en el que pintura, escultura, fotografía y poesía «se ponen al servicio del arte de la mejor cocina».

Así lo explicó la directora general de Bienes Culturales, María Comas, quien presentó este lunes junto al cocinero esta muestra, que cuenta con las fotografías de los platos de Joaquín Zamora y los poemas creados por Santiago Delgado que vinculan la obra de arte y el plato, todo ello recogido en un catálogo prologado por Arzak.

La exposición se completa con un vídeo en el que se muestra el proceso de elaboración y cómo los alimentos se unen para crear una obra de arte integral para los todos los sentidos, porque «además de los colores, texturas, volúmenes y formas, Pablo González-Conejero también estimula el olfato y, fundamentalmente, el gusto», señaló la directora general.

Este conjunto artístico sólo se podrá disfrutar «en su completo esplendor» este martes, a las 20.00 horas, en la inauguración de la muestra, explicó Comas, ya que, además de las fotografías de los platos que colgarán junto a las obras que los inspiraron, se expondrán los propias creaciones de Pablo González-Conejero que el cocinero de La Cabaña volverá a preparar nuevamente para esta ocasión.

Entre las creaciones de este homenaje al arte, como describe Juan Mari Arzak en el prólogo, está un Crucificado de un Cristo del siglo XVIII de autor anónimo que González-Conejero interpreta como un homenaje a la Semana Santa murciana «con todos los colores de la misma: verde, blanco, rojo y como predominante absoluto el morado, color del Viernes Santo».

Arzak también alude a la creación del cocinero inspirada en el cuadro Magdalena penitente de Joaquín Campos López, reflejada en el plato con una idéntica composición en el que «el rostro marmóreo de la Magdalena en el centro de la obra y el huevo en el centro del plato: el manto rojo que suavemente se desliza por el lienzo al igual que lo hacen los pimientos por el plato».

Según explicó el propio cocinero en rueda de prensa, esta iniciativa, que «lleva gestándose desde el verano y nació como una loca aventura, una idea descabellada que fui posponiendo hasta el mes de enero cuando su director, Javier Bernal, me dijo, en marzo inauguramos», no ha sido fácil, «empezamos con cuatro platos y hemos terminado con diez».

Tras lo que González-Consejero destacó el trabajo de fotógrafo y poeta y explicado una de sus obras, el Campo crucíferas a la brasa con Pil Pil en honor a un Crucifijo anónimo del Siglo XVIII.

«Un campo de coliflores a la brasa representado por el color morado de la Semana Santa, del Viernes Santo, con un producto muy desconocido para todos pero que se cultiva en la Región como es la coliflor morada y por el que matan en el norte de Europa», detalló.

Por su parte el fotógrafo Joaquín Zamora coincidió en destacar que fue un trabajo complejo «pero de equipo, donde había que ser muy respetuoso y donde la clave ha sido la forma natural de componer de Pablo».

En la línea manifestó Santiago Delgado, quien se ha mostrado «entusiasmado» en colaborar en el proyecto y Javier Bernal, que ha destacado además «el arte de la cocina, que es el arte de crear». Un proyecto, ha subrayado, «bonito que nace de una idea loca y que se ha hecho finalmente realidad».