En el año 1946 España todavía despertaba del horror de la guerra y vivía en la dura posguerra. En este escenario nació en el mes de septiembre la revista literaria Albores de espíritu, una publicación mensual que se editó durante tres años, hasta mayo de 1949. La profesora de Literatura Josefina Tafalla ha analizado en su tesis doctoral el contenido de todos los números de esta revista, un trabajo dirigido por el catedrático Francisco Javier Díez de Revenga, y que le ha valido la calificación de sobresaliente.

Tras analizar los artículos y ensayos incluidos en los números de esta publicación -elaborada y editada en Tomelloso y que se distribuía por Castilla-La Mancha-, Tafalla llega a la conclusión de que «realmente sí que puede decirse que hubo una continuidad en cuanto a creación literaria, siempre se ha visto la guerra como una ruptura, pero la revista refleja la continuidad de la producción que se hacía en los años veinte o treinta y lo que posteriormente se escribía en los cuarenta», explica la autora del estudio, que valora como una de las cuestiones significativas de esta publicación «que en ella tienen reflejo escritos de antes de la Guerra».

La revista fue creada y dirigida por el entonces joven periodista Francisco Adrados Fernández, que años más tarde sería periodista y redactor jefe del diario ABC. Entre las joyas literarias que la profesora ha encontrado destacan escritos de Juan Alcaide «al que prácticamente se le ha reconocido la importancia que realmente tiene hace unos pocos años», así como poesías y artículos del poeta Ángel Crespo.

También escribieron en las páginas de Albores de espíritu filósofos como Rodríguez Huéscar, discípulo de Ortega y Gasset. La revista también dedicaba parte de su contenido al arte y la arquitectura y entre los autores publicados destaca el pintor López Torres, tío de Antonio López.

La doctora, que imparte clases de Lengua y Literatura en el IES Poeta Julián Andúgar de Santomera, opina que esta publicación muestra que «había movimiento cultural en un pueblo como Tomelloso».

Pero seguramente una de las cosas más destacadas de la publicación es que en sus páginas «tuvieron cabida escritores de todas las tendencias». Su creación y desarrollo fue para Adrados «casi un sueño cervantino». De hecho, el IV aniversario del nacimiento de Miguel de Cervantes inspiró el nacimiento de Albores de espíritu.