El debut homónimo de los Ramones ha sido certificado recientemente como Disco de Oro por la RIAA (Recording Industry Association of America), por haber alcanzado las 500.000 unidades vendidas. Nada de lo que extrañarse, salvo por el 'irrelevante' dato de que han pasado nada menos que 38 años desde su publicación en abril de 1976. Este reconocimiento llega cuando tres de los miembros fundadores (Johnny, Joey y Dee Dee) están ya muertos, lo cual viene a confirmar ese aura de mala suerte que siempre acompañó a una banda que, mientras se mantuvo en activo (de 1974 a 1996), no dejó de tocar en directo por todo el mundo ante miles de fans, pero nunca consiguió en realidad el éxito comercial masivo.

«Creo que nunca es demasiado tarde», recalca el batería Marky Ramone, quien aunque no formó parte de la alineación original, se encargó de las baquetas en sustitución de Tommy Ramone entre 1978 y 1982 y desde 1987 hasta el final en 1996. «¿Por qué no? Es mejor tener estos reconocimientos ahora que no tenerlos nunca», añade, para después subrayar que a Johnny le hubiera encantado, pues su pasión era «ser reconocido y llevar a la banda al nivel más alto posible».

«Me encantaría que ellos (Johnny, Joey y Dee Dee) estuvieran aquí con nosotros para poder verlo, pues construimos esto todos juntos como una familia. Tuvimos nuestras diferencias, pero al final todos amábamos al grupo, que estaba por encima de cualquier problema. Pero, mientras nuestra música fluya, sus espíritus estarán aquí... así que me tomaré los próximos conciertos como una celebración de este Disco de Oro para ellos», señala.

Entre los conciertos a los que se refiere Marky, se encuentra el que ofrecerá con su banda el próximo miércoles, 18 de junio, en el Garaje Beat Club de Murcia -23.00 horas, 18 euros-, así como otros que dará en el resto del país. Todos ellos son celebración del cancionero ramoniano a través de una banda llamada Marky Ramone's Blietzkrieg, que cuenta con Andrew WK como vocalista. La guinda a estas veladas la pone la banda argentina Attaque 77.

Varias generaciones

«Estas canciones son demasiado buenas para no ser tocadas», afirma Marky sobre el repertorio de sus recitales. «Me encanta tocarlas y tener a padres y madres con sus hijos entre el público. Dos generaciones unidas por una noche gracias a los Ramones. De hecho, me encantaría llegar a una tercera generación también», apostilla con sorna el músico.

Marky se declara encantado con la cultura española y no duda al afirmar que el público de nuestro país «es genial, pues canta todas las canciones y baila para pasarlo bien». «No importa lo que sucede fuera, cuando entran a un concierto lo dan todo y nos obligan a darlo todo a nosotros», asegura. Acerca de los trucos para mantenerse rebosante de vitalidad a sus 57 años, el batería apunta que come saludable, no fuma y hace ejercicio (nada que ver con su primera etapa con la banda, cuando los excesos terminaron provocando su expulsión en 1982). «Tienes que tocar 90 minutos sin descanso, así que hay que ser serio o es imposible mantener el ritmo», añade.

Buena culpa de la energía que aún mantiene el músico es, sin duda, de las propias canciones de una banda pionera del punk que, a su juicio, fue adelantada a su tiempo. «En los setenta todo era música disco y rock progresivo. Entonces aparecieron cuatro tipos con cazadoras de cuero y tocando canciones de dos minutos con tres acordes. Nadie les entendía», rememora.

Según Marky, no fue hasta finales de los ochenta cuando realmente se comprendió a la banda, y señala que el espaldarazo definitivo fue ya en los noventa gracias a bandas como The Offspring, Green Day, Pearl Jam y Red Hot Chili Peppers, que comenzaron a citarles como una influencia irrenunciable.

Con cierta desazón, Marky apunta que poco después de ese reconocimiento público terminaron separándose en 1996. «Y entonces empezaron a llegar los premios», lamenta, antes de señalar que ser un Ramone es «ser honesto y creer en lo que haces, sin que te importe lo que otros piensen». «No compararse con otros, simplemente seguir tu camino», sentencia.