Es la tercera vez que expone en Murcia: en 2007 trajo sus fotografías a Art Nueve y en 2008 su proyecto Arquitectura y naturaleza se pudo ver en la sala Caballerizas de Los Molinos del Río. Juan de Sande (Madrid, 1964) es licenciado en Derecho, pero su trabajo diario se centra en la fotografía, la pintura y, ahora también, en la escultura. Desde joven vivió con su padre experiencias creativas, ya que su progenitor es pintor y fotógrafo aficionado. «La fotografía es el medio en el que me desenvuelvo mejor, pero no he renunciado a la pintura, cada cierto tiempo vuelvo a pintar. Desde hace años también realizo esculturas», comenta el artista, quien muestra en Art Nueve su última línea de trabajo, donde incluye fotografías y esculturas que ha agrupado con el título de Algunos movimientos del todo innecesarios.

El historiador, fotógrafo y ex conservador del departamento de Fotografía del MoMA de Nueva York dijo de uno de los grandes fotógrafos del siglo XX, Walker Evans (1903-1975), que «su obra fotográfica está basada en la observación y en la composición». Con esta misma frase se podría resumir la labor creativa de Juan de Sande, quien también admira los logros del fotógrafo alemán August Sander y del estadounidense William Eggleston. «Trato de que mis imágenes sean verosímiles, que el ojo/cerebro las tome como posibles, pero tras una observación más detenida, se advierta que no todo cuadra perfectamente, porque la realidad no es así, y entonces me permito crear una ficción», argumenta el artista.

Visibles irrealidades

De Sande, que expuso su obra públicamente por vez primera en 1998, trabaja y ofrece en sus fotografías una «realidad engañosa», partiendo de fragmentos visibles de realidades existentes. Sus obras provocan una imagen de gran ambigüedad escénica, y en esta exposición capta con el objetivo de su cámara piezas en equilibrios atildados de lo que llaman 'esculturas imposibles', que fotografía en su estudio reconstruyendo una ficción alterada que nos puede llevar a mirar las insinuantes formas, para reflexionar sobre el 'hacerse visible' la pieza inexistente. Podría insinuarse como un planteamiento artístico para psicoanalistas.

¿En qué consiste su aportación creativa en las obras que muestra en Art Nueve?

Es un trabajo realizado entre los años 2011 y 2013. Presento 12 fotografías y tres esculturas. Las instantáneas enseñan montajes de madera en equilibrio precario, en realidad son fotomontajes. Las esculturas resultan ser estudios de movimiento en desequilibrio, apoyadas en tacos de hierro. Las peanas de las esculturas son elementos que aparecen en las fotografías, y las 15 obras destilan la idea de 'compás de espera', de tiempo muerto entre ritmos. Con la fotografía siempre he intentado 'negar' el medio, expresado como Matar el tiempo es un problema prioritario, que diría un personaje del dramaturgo Samuel Beckett.

¿Desea usted confundir o ilusionar al espectador con sus fotomontajes?

No es mi intención confundir; ilusionar tal vez sí, pero en el sentido de provocar un sentimiento positivo en el espectador, de cierta tensión, de curiosidad… Mi trabajo no es metafórico, al final trato de obtener un óptimo resultado plástico.

¿Qué emociones siente al manipular y crear con madera, un material ortótropo?

La madera es un material increíble, es muy placentero trabajar con él. Las maderas que he usado para este trabajo las encontré en un almacén en Jerez de la Frontera. Me enamoré de ellas a primera vista y compré todos los listones que tenían. Y el resultado ha sido construir ocho esculturas de las que tres se ven por vez primera en Murcia.

¿Por qué piensa que le gusta recrearse en inventar ficciones y después fotografiarlas?

Ese es mi lenguaje, el que me ha costado años de trabajo crear. No sé, quizá encontraba algo en el disparo único que no me convencía. Confieso mi amor por la pintura, y seguramente por ello necesito elaborar la imagen despacio, minuciosamente y de manera bastante laboriosa, pero que a la vez toda la ejecución quede oculta y de apariencia fácil y sencilla.

El artista madrileño prefiere las sonatas para piano de Beethoven, los autorretratos de Rembrandt, Las Meninas de Velázquez, los conciertos del saxofonista John Coltrane, la tetralogía Joseph, der ernahrer de Thomas Mann… o ver un buen Picasso o un Philip Guston. El filósofo Walter Benjamin habla del inconsciente óptico y de cómo la fotografía revela mundos de imágenes imperceptibles al ojo humano y escribe sobre la «suspensión del tiempo en la imagen». Juan de Sande adelanta a esta redacción que le gustaría experimentar próximamente con esculturas en ladrillo y que le interesa ir a Italia a estudiar aparejos romanos, y volver a visitar el Foro, Villa Adriana o la vía Appia. «Ser artista aclara es fascinante pero agotador».