El escritor y colaborador de LA OPINIÓN Pedro Pujante (Murcia, 1976) ha decidido echarle humor a la vida y a su primera novela y acaba de ganar, con El absurdo fin de la realidad, el Premio 451 de Novela de Ciencia Ficción que ha convocado por primera vez Ediciones Irreverentes.

La obra Ander, del periodista y profesor ilicitano Abel Bri ha recibido el accésit de un premio al que se presentaron un total de 112 obras de 24 países y que consiste en la publicación de las obras ganadoras. "Que te publiquen algo hoy en día es algo casi imposible para los autores desconocidos, así que es una gran noticia", asegura Pujante, feliz por el reconocimiento obtenido.

Amante de las películas de ciencia ficción, el autor murciano cuenta que siempre le ha parecido "un poco aburrida la forma solemne con la que se narra la llegada de un ovni a la Tierra", así que ha echado mano del humor y de una pizca del absurdo de grandes maestros del cine como Berlanga y Azcona para contar cómo los habitantes de un pueblo murciano se preparan para recibir a los alienígenas. Un escritor es en esta obra el encargado de elaborar un discurso de bienvenida salpicado "de anécdotas, reflexiones sobre literatura, filosofía, cine, humor, necrofilia romántica y chascarrillos vecinales -con muchos guiños a Murcia-".

En realidad, añade Pujante, el discurso no es sino "una excusa para hablar de otras muchas cosas", y ha supuesto para el autor "una liberación". "He disfrutado mucho escribiendo esta historia porque he mezclado lo que me ha dado la gana; he dado rienda suelta a la imaginación y espero que los lectores se diviertan", declara.

Autor de los libros de relatos Hijos de un dios extraño, Espejos y otras orillas y Déja-vu-Premio Latin Heritage Foundation 2011-, Pujante se lanza ahora al mundo de la novela, aunque aclara que no abandonará los relatos. "Lo que ocurre -explica- es que los relatos te permiten escribir varios a la vez, ser más promiscuo, y la novela te obliga a estar más centrado, es un amor fiel que no permite los escarceos".

Así que, por ahora, sigue centrado en El absurdo fin de la realidad, que se publicará después de verano y que cree el autor que sorprenderá a sus lectores por "el cambio de registro". "Con Hijos de un dios extraño -recuerda-, la gente me decía que los personajes eran tristes y con este libro, que tiene mucho de surrealista y humor absurdo, quería cambiar y escribir algo más distendido y feliz. Y creo que lo he logrado".