"¿Has pensado alguna vez cuánto valen tus sueños?" Esta es la pregunta que lanza el cortometraje Sueños para todos que el sábado se estrenará en la Filmoteca Regional. Adriana Gil y Al Fernández son los protagonistas de esta historia que da una vuelta de tuerca -tan dura como poética- al drama de los desahucios y que ha escrito y dirigido el italiano Luigi Doto (Iconlab).

Laura, una joven que ha perdido su trabajo, está al borde del desahucio y en su casa, cuando llega el agente judicial, solo quedan ya un par de sillas... y sus sueños. El embargo de esos sueños es en esta historia algo más que posible, pero Doto apunta que ficción y realidad no están tan alejadas como puede parecer: "Cuando uno pierde las cosas materiales, su casa y lo que hay en ella, pierde también sus sueños de tener una familia y un hogar... Y yo quería contar esta realidad, no como un documental, sino de una manera más profunda".

Está convencido este joven director y estudiante de Economía -está terminando su carrera en Murcia- de que "el cine puede ser importante para despertar a la gente" y quería enviar con Sueños para todos "un mensaje para que la gente piense en lo que está pasando".

Estando aún en Italia fue cuando Luigi Doto conoció -por palabras de su novia- la realidad de los desahucios en España; una situación diferente a la de su país, donde "no es un problema social tan fuerte como aquí". Ya en Murcia, adonde llegó el pasado septiembre, recuerda el cineasta el impacto que le causó un cartel que, en un banco, anunciaba 'Viviendas para todos'. "No entendía ese cartel con todo lo que estaba pasando, una frase que, en realidad, era 'Hipotecas para todos'...", relata.

Todo se quedó en su cabeza y dice que la historia del corto surgió -"de una vez, como si alguien me la estuviera dictando"- cuando vio que, por problemas económicos, quizá tendría que volver a Italia antes de acabar su carrera. "Vi como mis aspiraciones, mis planes, se iban, pero mis sueños siguen ahí", añade este joven que cree en una recuperación económica. Pero puntualiza que lo que ocurre en países como España e Italia "es un problema cultural muy fuerte" que se refleja en los ciudadanos y, sobre todo, en unos políticos "que engañan". "No creo en el cambio", sentencia.

Entre sus sueños, por supuesto, está seguir en el mundo del cine, aunque sabe que "no es nada fácil". Cuenta que el presupuesto de Sueños para todos fue cien euros y cada uno de los participantes -incluida la madre de Doto, la artista Lucia Stefanetti, responsable de la imagen del cartel diseñado por Valentina Morciano- aportó lo que tenía a un proyecto que se sustenta "en la fuerza del guión". Ahora empieza un largo viaje por todos festivales, aunque el director no confía demasiado en que alguien "se tome en serio un corto con actores y un director desconocidos. Hay muchos cortos y películas que dan asco pero que tienen un actor conocido y da igual; hay mucho dinero alrededor y se está perdiendo el objetivo principal del arte, que es emocionar".

Y asegura que al Fernández y Adriana Gil -a los que se unen Daniel Jordán y la voz de Trinidad Abellán- lo logran de sobra: "No son conocidos, pero son unos actores espectaculares; Adriana me ponía los pelos de punta en el rodaje", recuerda, convencido de que más de un espectador saldrá de la proyección "con el estómago bloqueado o llorando" y, "ojalá", mirando la realidad de forma más crítica.