Apuesta claramente la dominicana Tanya Valette por el cine en el que se adivina la mano del autor, por el riesgo y la calidad. Y aunque sabe que la desaparición del cine independiente "es un peligro nada latente", dice también que "en las crisis la creatividad se despierta" y el cine se llena de "historias más pequeñas" que transmiten esa verdad que el cineasta iraní Abbas Kiarostami reivindicaba hace unos días en Murcia, con motivo del arranque del Ibaff.

La exdirectora de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba), consultora de proyectos audiovisuales y gestora cultural, participa desde hoy en el I Encuentro Internacional de Escuelas de Cine que organiza el Ibn Arabí Film Festival. Conferencias, mesas redondas y la proyección de los diferentes trabajos de cinco de las mejores escuelas de cine del mundo -además de la cubana, las de Lodz (Polonia), Oporto (Portugal), Ginebra (Suiza) y Cataluña- integran el programa de este encuentro del que Valette es comisaria y que servirá para acercarse a la mirada de los cineastas del futuro y también "para reflexionar sobre las diferentes formas de enseñar cine" de las escuelas.

Explica Valette que "el panorama para los estudiantes de cine no es tan malo como puede parecer", ya que "cada vez es más fácil tener acceso a material, a una cámara, y realizar sus propios proyectos con menos dinero". Y, además, Internet es un nuevo canal de distribución que les puede ayudar mucho.

Aunque cada escuela apuesta por una enseñanza diferente, la comisaria del encuentro destaca que la preocupación por formar autores es una característica común de todas ellas. Un objetivo que echa en falta en otros casos. "Me preocupa esa tendencia general a formar solo cineastas para la industria, no autores; la poca incitación que hay a veces al riesgo y la excesiva importancia que se le da a las herramientas y a las nuevas tecnologías, a cosas que van a seguir cambiando. Es necesario que aprendan a buscar dentro de sí mismos", añade Valette. Y afirma que cine de autor y comercial no son necesariamente incompartibles: "Woody Allen, Tarantino, Coppola y Almodóvar en España hacen un cine de autor y son también comerciales; ese es el estado ideal, porque, obviamente, cuando haces una película quieres que se vea".

El problema es la dificultad a la hora de apostar por nombres nuevos. "Por eso -añade- es importante y necesario que haya productores arriesgados que apuesten por cosas aparentemente poco atractivas pero que interesan al público, porque los espectadores son más inteligentes de lo que algunos creen".