El año 2010 y la tormenta económica en la que aún permanecemos son el trasfondo de la primera novela del murciano Francisco Sempere, 36 metros bajo tierra. La obra está editada por Amargod y cuenta con el prólogo del escritor y periodista Carlos Salem.

La novela, que se publicó el pasado mes de marzo, narra la historia de un grupo de aventureros que pretende robar 200 kilos de oro de la coraza del Banco de España, trasladarlos a Suiza y devolverlos más tarde sin que nadie se entere. Una gran cantidad de oro que servirá para calmar a los clientes de una importante agencia de calificación, que tiene su propio dinero ´distraído´ en otras inversiones.

La unión entre realidad y ficción conforman así, en este libro, «un thriller financiero» donde el autor aborda el mundo de la alta política y las altas finanzas. Para contrarrestar esa realidad, la trama es llevada por Sempere de la mano del protagonista, Pedro Iniesta, exmiembro de las fuerzas especiales de Estados Unidos y en quien recae el peso de la novela, como indica el autor: «Al principio pensé en hacer un personaje puro, pero luego me decidí por crearlo más mundano; es alcohólico y tiene bastantes problemas con su pareja, sin embargo, Pedro es una persona resolutiva, capaz de dejarse la vida por su trabajo».

La confianza del autor hacia este personaje es tal que ha decidido continuar toda su historia y 36 metros bajo tierra va a conformar la primera novela de una saga que tendrá como protagonista a Pedro Iniesta.

Francisco Sempere es actualmente el director general de una sociedad ubicada en la Costa del Sol y en Madrid, donde gestiona inmuebles y posiciones financieras. Esta labor, unida a su carrera universitaria de Económicas y Empresariales le llevó a querer mostrar desde dentro una trama sobre el conflicto económico y financiero. Junto a su faceta empresarial, Sempere vivió parte de su vida en Estados Unidos y también formó parte de una agencia de detectives privados en la Costa del Sol, por lo que estuvo en contacto con numerosas tramas y estrategias de fraude y robo. Estas experiencias han sido la base para la escritura de la novela.

Inspiración en el tren

El autor confiesa que siempre quiso escribir una novela, pero no fue hasta que se rompió la pierna jugando al fútbol cuando tuvo tiempo de empezarla. «Pensaba que las novelas se podían escribir en diez días, hasta que comencé y comprendí que no es cierto. He tardado casi dos años en terminarla», explica. Ahora, aunque sigue trabajando, Sempere aprovecha sus ratos libres para seguir dedicándose a la literatura: «Viajo mucho en tren y me aburren las películas, así que durante el trayecto, escribo. Ahí es donde terminé esta novela y donde he comenzado la siguiente».