­Cieza llora la muerte de uno de sus vecinos más conocidos y, a la vez, más queridos: Ángel Soler. Su corazón dejó de latir el martes y recibió el último adiós ayer miércoles entre familiares y amigos. Soler era el presidente de la ciezana Asociación de Disminuidos Físicos ´Tocaos del Ala´. La fundó, junto a un grupo de amigos, en 1986, y poco a poco se fue convirtiendo en referente a nivel regional y nacional. Como reconocimiento y desde la semana pasada, el colectivo ha pasado a llamarse ´Tocaos del Ala-Ángel Soler´.

En 1982, Ángel Soler sufrió un accidente de tráfico cuyas secuelas lo dejaron en una silla de ruedas. Desde entonces, lejos de achicarse, comenzó a trabajar por sus derechos y por los de todas las personas con discapacidades físicas. Fue ese, quizás, uno de los motivos por el que formó parte del equipo de Gobierno municipal en el Ayuntamiento de Cieza entre 1987 y 1991 como concejal de Urbanismo. Así fue como comenzó a trabajar desde dentro para eliminar las barreras arquitectónicas en la ciudad. De hecho, Cieza fue uno de los primeros municipios de

toda España donde comenzaron a construirse rampas en las aceras para que pudieran circular las personas con sus sillas de ruedas.

En nombre de la corporación, el alcalde de Cieza, Antonio Tamayo, lamentó «la perdida de una persona que ha luchado tanto por la capacidad en Cieza». El primer edil señaló que su accidente «sirvió para que otros muchos, después, hayan superado su trauma».

Pero su lucha por la integración social fue mucho más allá. Pepita Valera, madre de un joven discapacitado y amiga personal del fallecido, destaca que Ángel Soler trabajó en las comunidades sociales, educativas y laborales para defender los derechos de las personas disminuidas físicamente. «Solía decir muy a menudo: sólo me siento minusválido cuando encuentro una barrera que me impide el paso. Era un luchador nato, y por los derechos de los minusválidos no dudó ni un momento en iniciar nuevas andaduras. Y por eso, la asociación pasó a ser una institución donde trabajan profesionales en beneficio de las personas con problemas físicos», apunta Pepita Valera.

Ángel Soler, casado y con dos hijos, nació en Cieza el 2 de febrero de 1948. Con seis años se marchó a Marruecos, concretamente a Marrakech, donde curso sus estudios en un Liceo Francés. Regresó a Cieza en 1965 y estudió en el desaparecido colegio de Isabel la Católica. Posteriormente fue profesor de Capacitación Agraria en prácticas de laboratorio en Alfaro (La Rioja) y Molina de Segura. Tras sufrir el accidente en 1982 y recuperarse, quiso volver a su puesto de trabajo pero desde el ministerio de Agricultura se lo denegaron y lo prejubilaron.

Entre sus muchas facetas, Soler fue también uno de los fundadores del grupo musical ciezano Los Jaguars, además de un gran aficionado a la caza.