Adaptar una obra clásica al mundo actual no siempre es tarea sencilla. A no ser, claro está, que la obra en cuestión trate de temas tan constantes en la historia humana como los amorales mecanismos del poder y la cuestionable fuerza de los ideales. De eso va Anfitrión, el último montaje de la compañía murciana Alquibla, una adaptación de una comedia de Plauto que data de hace 22 siglos y que el viernes, a las 21 horas, demostrará su vigencia en el mundo moderno en el Teatro Guerra de Lorca.

«Para nosotros ha sido muy fácil enfrentarnos a este texto», comenta el director de Alquibla, Antonio Saura. «Contábamos con la iluminada y acertadísima lectura de Juan Ramón Barat, que ha hecho una versión sorprendente del que ya de por sí es el más divertido comediógrafo del mundo clásico. Su libreto es ágil, lúdico y dinámico, y esperamos llegar con él al meyor número de espectadores posibles». De hecho, su objetivo es «llenar el teatro todos los días de la representación».

La obra narra la historia del dios Júpiter, que se encapricha con Alcmena, la bella esposa del general Anfitrión. Aprovechando la ausencia de este, Júpiter conspira con su hijo Mercurio para acabar en la cama de su presa, empleando todos los métodos a su alcance para conseguirlo: engaño, suplantación, chantaje...

«Hay tres temas fundamentales en la obra que siguen de plena actualidad», explica Saura. «Por un lado tenemos la amoralidad de los poderosos, que son capaces de ejercer su poder sobre los que están por debajo de ellos con tal de satisfacer sus caprichos más peregrinos, sea cual sea el ámbito de estos».

«Por otro lado están los que se someten, los que están dispuestos a entregar algo valioso a cambio de un trofeo», continúa. «Y es que todos tenemos un precio, somos capaces de vender al mejor postor incluso nuestros ideales y principios».

Sin embargo, puntaliza que «el mundo está lleno de personas como Anfitrión y Júpiter, e incluso como ambos. Unas veces actuamos como uno, otras como el otro, dependiendo de con quién nos estemos relacionando o la situación que se presente».

Por otro lado, el tercer tema que recorre esta comedia es «el de las mujeres maltratadas, ya que el personaje de Alcmena se ve siempre sometido a la voluntad de los demás». Se trata de un aspecto reforzado en la adaptación por «la increíble interpretación de Esperanza Clares, que le da un carácter y una fuerza especial».

Con estas piezas, Alquibla ha construido un «espacio lúdico para que el espectador se divierta durante 90 minutos». Así, el planteamiento escénico sitúa a los seis actores de la pieza siempre sobre el escenario, a la vista del público, en un decorado «que recuerda a una pista de circo, ya que la historia que cuenta tiene un fuerte componente circense».

Los actores entran a este círculo para intervenir en la acción, o salen para quedar como espectadores de excepción «dispuestos a entrar en cualquier momento, lo que supone un reto añadido para ellos, porque el ritmo interpretativo es altísimo». Según el director, «hay que tener mucha técnica y disciplina para estar a la altura, pero los actores han superado la prueba con creces».

Plauto se une así al variado repertorio de autores que han sido adaptados por la compañía murciana, y que abarcan de Molière a Shakespeare, pasando por Beckett o Beaumarchais. «Somos un grupo ecléctico, con libertad para enfrentarnos a distintos autores según el tema que nos interese en ese momento». ¿Cuál será el próximo? «Dentro de unos meses comenzaremos a buscarlo».