Pascual Saura, bajista de la formación original de la banda de rock murciana M-Clan, ha fallecido inesperadamente, según informaba ayer la productora del grupo, Last Tour International.

Se va con él un excelente músico y mejor persona. Pascual Saura fue bajista de M-Clan desde su fundación en 1993 hasta poco antes de salir su último disco (Para no ver el final). Falleció repentinamente en la madrugada de ayer. Le falló el corazón.

La noticia nos coge por sorpresa y nos deja afligidos. Sus compañeros, consternados, decidieron suspender la actuación que tenían prevista en el Gran Teatro de Córdoba, y pusieron rumbo a Cartagena, donde se velaban sus restos.

Pascual tocó su bajo en todos los éxitos de M-Clan desde aquel primer vinilo triangular que sacaron con Subterfuge, y que les llevó a tocar al festival de Benidorm (afortunadamente no pasaron de semifinalistas), donde demostraban toda la energía que llevaban contenida desde que empezaran a ser un grupo.

Con su trabajo discreto y de base, Pascual solidificó una carrera que tuvo sus orígenes en aquel mítico club Arlequín de Cartagena, participando en jam sessions al lado de músicos como Antonio Fidel o Mariano Nortes, y formando parte de un trío de rhythm and blues y blues, junto a un guitarrista británico, que se denominó Blues Express; años más tarde retomaría esa formación junto a Fernando Rubio de Ferroblues, con quien colaboró estrechamente.

Moviéndose con soltura entre el blues, el jazz y la música moderna, Pascual se acercó a Murcia, donde abrió el famoso Taller de Creación Musical de la calle Erikas, auténtico hervidero de músicos a principios de los 90, donde grabó En el aire, una de las casetes editadas por el programa Música de Contrabando, con veinte de los grupos de aquellos años.

Todos los que le conocieron destacan la fuerza de su sencillez. Así lo recordaba Paco Martín, director de La Mar de Músicas, con el que trabajó codo con codo en su labor de proporcionar el backline para el festival: «Pascual Saura era uno de los músicos más honestos de Cartagena».

También montó los estudios Mirage y una de las empresas más serias de backline, que suministraba su material a festivales como el Jazz San Javier.

En esas tareas todos alaban su responsabilidad y su gran profesionalidad. Para Fernando Rubio, amigo y músico con el que Pascual colaboró en diversos proyectos, «era una muy persona muy afable, además de un gran músico, con un gran sentido del humor y amante de la buena vida. Una buena persona».

Ricardo Ruipérez señala de su compañero en M-Clan que «era la persona más bondadosa y el músico más generoso que he conocido en mi vida. Siempre estará en el fondo de nuestro corazón como un compañero del alma». Mientras, Carlos Tarque recuerda que «empezó en la aventura de M-Clan; era un magnífico compañero, con una corazón de la ostia, y supimos de su estado delicado, pero ahora más que nunca está con nosotros. Es un día muy triste», expresó visiblemente afectado. Músico de soluciones económicas y rotundas, Pascual Saura era un señor al bajo que sacaba a escena unos instrumentos de primera fila fabulosos, como un espléndido Alembic Exploiter que hizo famoso el también fallecido John Entswistle.

Formó parte de una de las bandas que propiciaron y lideraron el renacimiento del rock en los noventa, con los que consiguió el éxito en la música y el escenario, pero más allá de eso, logró la unanimidad de sus compañeros de profesión y de todos sus amigos. Era un Hombre Bueno.