La Real Academia Española (RAE) ha actualizado en la red, por cuarta vez desde su aparición en 2001, la vigésima segunda edición impresa del Diccionario de la lengua española, que es la última publicada hasta ahora. En total, se han efectuado 2.996 cambios, que pueden consultarse en el portal de la Academia (rae.es), concretamente en la ventana que da acceso al Diccionario.

Estas modificaciones aparecen distinguidas con la leyenda 'artículo enmendado' o 'artículo nuevo'. Un total de 408 'adiciones de artículo' se han introducido. Entre ellas, abducir, alcaldable, buñueliano, cultureta, espray, festivalero, grafitero, homófobo, oenegé, sobao y sostenibilidad.

Hubo 107 'adiciones de forma compleja', entre ellas 'libro electrónico', 'propiedad intelectual' o 'novela social'. Pero las 'adiciones de acepción, enmiendas y supresiones' son las que se hicieron en mayor número: un total de 2481. Derechizar, eurocracia y eurocomunismo son algunas de las que sufrieron modificaciones.

Los cambios del DRAE, al igual que ocurre con el resto de las obras académicas desde hace una década, se realizan con el consenso de las veintidós Academias de la Lengua Española. Las nuevas incorporaciones se suman a las ya realizadas en los años 2004 (2.576), 2005 (9.029) y 2007 (4.618).

Todas ellas formarán parte de la próxima edición impresa del DRAE, la vigésima tercera, prevista para 2013. No obstante, el proceso de actualización del Diccionario es continuo y sigue abierto, según informa la RAE en un comunicado.

La RAE y el resto de las Academias de la Lengua Española trabajan conjuntamente en una serie de enmiendas que, una vez aprobadas, se irán dando a conocer oportunamente y pasarán a formar parte del DRAE. En el avance de la vigésima tercera edición [que puede consultarse en 'http://buscon.rae.es/draeI/') se explica cuál es el proceso seguido para renovar el DRAE.

Asimismo, en el preámbulo de la edición impresa vigente, se recuerda que "con frecuencia se solicita, y a veces de manera apremiante, que sean borrados del Diccionario términos o acepciones que resultan hirientes para la sensibilidad social de nuestro tiempo". De acuerdo con el texto, la Academia ha procurado "eliminar, en efecto, referencias inoportunas a raza y sexo, pero sin ocultar arbitrariamente los usos reales de la lengua".

Además, la RAE sostiene que es necesario "tener claro al propósito que el Diccionario debe facilitar, al menos, claves para la comprensión de textos escritos desde el año 1500". "Para que cumpla esta misión esencial, la Academia no tiene más remedio que incluir en el Diccionario esas voces molestas, sin que ello suponga prestar aquiescencia a lo que significan ahora o significaron antaño", aclara el preámbulo.