Fue el fotógrafo que recogió con su cámara los mejores momentos de la historia de la Región. Su objetivo captó grandes tardes de fútbol en el estadio La Condomina y los días más emotivos de la Semana Santa de Murcia. Tomás Lorente falleció ayer a los 79 años después de toda una vida entre negativos y flashes.

Empezó a trabajar muy joven, cuando tan sólo contaba con trece años, en la tienda del también fotógrafo Miguel Herrero. Comenzó desde abajo, como aprendiz, pero muy pronto reveló todo su potencial. Su carrera empezó a despuntar cuando fue contratado por el diario La Verdad como reportero gráfico, aunque también montó su propio negocio: una tienda de fotografía que primero llamó Fotos Luz y después pasó a ser Fotos Tomás. Su estudio se convirtió muy pronto en lugar de reunión de pintores (entre ellos Ramón Gaya), periodistas y artistas de lo más variopinto. Su gran amigo, el dibujante Baldo, le hizo para este lugar tan especial un gran mosaico de azulejo que guardaba con especial devoción. Parte de su sueldo se lo ganaba con el fotoperiodismo, pero también sacaba su dinero haciendo reportajes de bodas, bautizos y comuniones.

Uno de sus trabajos más recordados es el famoso baño que se dio en la playa de Palomares (Almería) el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, para demostrar a todos los españoles que las aguas no estaban contaminadas después de que el 17 de enero de 1966 cayeran varias bombas nucleares al mar que no llegaron a estallar. Otro de sus mejores recuerdos fue la ocasión en la que conoció a los Reyes de España en un viaje oficial que hicieron a China y al que Tomás Lorente fue enviado como fotógrafo oficial de la cadena de diarios para la que trabajaba.

También tuvo tiempo para publicar un libro, 'Viernes Santo en blanco y negro', en 2006.

Su misa funeral se celebrará hoy, a las once y media de la mañana, en el tanatorio de Jesús de Murcia.