Antonio Izquierdo, de 72 años, el único superviviente de los hermanos que sacudieron la memoria de la España profunda con la matanza de Puerto Hurraco (Badajoz), se ahorcó ayer en su celda de la prisión de Badajoz cuando aún le faltaban cinco años de condena. Los funcionarios de la cárcel encontraron el cadáver mientras hacían una ronda alrededor de las dos de la madrugada y avisaron a los servicios médicos, que sólo pudieron certificar su muerte.

Precisamente el sábado era el día que Izquierdo, que cumplía una condena de 25 años, hubiera quedado en libertad si no se le hubiese aplicado la 'doctrina Parot' -que aplica los beneficios penitenciarios sucesivamente a cada condena y no sobre el máximo de 30 años de cumplimiento-.

Izquierdo fue condenado en 1994 por la Audiencia de Badajoz junto a su hermano Emilio -que murió de un infarto en 2006-, a una pena de 344 años de cárcel para cada uno por la matanza.

El 26 de agosto de 1990, los hermanos Izquierdo irrumpieron en una céntrica calle de Puerto Hurraco y comenzaron a disparar indiscriminadamente, matando a nueve personas e hiriendo a otras seis. Dos de las víctimas eran niñas, de 12 y 14 años, y pertenecían a la familia Cabanillas, enfrentada desde hacía años con los Izquierdo.

Un año antes de la muerte de Emilio también fallecieron sus hermanas, Luciana, de 77 años, y Ángela, de 64, tras quince años internadas en el Hospital Psiquiátrico de Mérida por padecer un trastorno paranoide compartido y que, a pesar de que para muchos fueron las inductoras del crimen, fueron absueltas en el juicio.