Todo en Campillo goza de esa sensación de lo bonito, como en Salzillo", asegura Martín Páez Burruezo, miembro de la Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca y comisario de la exposición 'Antonio Campillo en el Museo Salzillo' que ayer se inauguró. El centro que guarda las imágenes, llenas de expresividad, del escultor del siglo XVIII cede ahora parte de su espacio para 26 piezas de tema religioso -ángeles, una anunciación, una sagrada familia...- repletas de la dulzura que cultivó Campillo, "siempre enamorado de la tradición casi artesanal, de la obra religiosa construida para la Semana Santa murciana".

Páez afirma que la escultura del artista fallecido el pasado año "es esencia de nuestra tierra", y señala que en sus creaciones se adivina la tradición escultórica que inició Salzillo: "Campillo es un exponente interesante de esta escuela en cuya evolución se detectan aspectos donde conviven tradición y modernidad, que admiró a sus ancestros culturales y que no huyó de los principios que pudieron considerarse ideas superadas, o estéticas inmersas en una tradición artesanal", explica el comisario.

Tanto Martín Páez como la directora del Museo Salzillo, María Teresa Marín, destacan la coincidencia de ambos creadores en la exquisitez de la policromía de sus esculturas en madera, "con tonalidades suaves y trazos sugeridos con elaborados pigmentos". De hecho, en las piezas que se exponen -de diferentes técnicas-, asegura Marín que se puede ver "la relación de Antonio Campillo con Salzillo, aunque también un lenguaje propio que está entre la modernidad y la tradición". No en vano -relata Páez-, el artista murciano estaba "enamorado de los avances que profundizaban en los principios de la figuración", aunque dudaba asimismo "de la escultura que no mantuviese un canon de complicidad con la estética de lo mediterráneo".

Marín señala que esta muestra es la primera que se realiza en Murcia desde que falleció el escultor -en mayo de 2009- y declara que algunas de las obras que pueden verse hasta el próximo 29 de abril -todas de tema religioso- no han sido nunca expuestas. Del mismo modo, recuerda la ilusión que le hacía exponer en el Museo Salzillo, junto a las obras del "gran maestro", como él le llamaba. Un artista que le conmovía hasta tal punto -relata Marín- que juró no alejarse nunca de Murcia un Viernes Santo cuando un año, estando en Madrid, no pudo reprimir las lágrimas al ver en televisión sus pasos ante la Catedral.