Más que el supervisor del hospital materno infantil Virgen de la Arrixaca, Joaquín Sánchez Monreal era un gran amigo para todos sus compañeros. Ayer, el hospital universitario estaba de luto porque se ha marchado "un gran profesional y una excelente persona", relataba Concepción Martínez Romero, 'Chitina', coordinadora de enfermería del materno infantil.

Joaquín Sánchez -que falleció el pasado día 13 a los 55 años- era enfermero de quirófano. Se caracterizó toda su vida por su trato amable y cordial. "Siempre tenía una sonrisa en la boca. Nunca tuvo un mal gesto, ni una mala palabra, y jamás le oímos criticar a nadie", recordaba Chitina. Presumía de tres cosas: de haber conocido a su mujer, María Trinidad Pérez; de sus dos hijos, Daniel y Javier, y de ser enfermero de la Arrixaca.

Comenzó a trabajar en el quirófano de urgencias como sustituto, y después fue destinado a la puerta de urgencias infantil, "donde ha dejado grandes amigos". Luego pasó a quirófano infantil y, de ahí, ascendió en 1996 a supervisor del turno de tarde-noche del hospital materno infantil. "Era tan querido y respetado que cuando sabíamos que él estaba de guardia, teníamos la certeza de que todo iba a salir bien. Nos infundía mucha tranquilidad", dice Chitina.

Joaquín "se dejaba la piel" en su trabajo y eso, en sus compañeros, ha dejado una huella imborrable. "Todo el mundo tiene algo bueno que recordar de él", afirmaba la coordinadora de enfermería con la voz quebrada.