El atracador más buscado de España y popularmente conocido como 'El Solitario', Jaime Giménez Arbe, acaba de publicar su autobiografía, un relato en el que insiste en definirse como un "expropiador de bancos" y reafirma su "inocencia" del asesinato de dos guardias civiles en junio de 2004 en la localidad navarra de Castejón.

"Ustedes me conocen más por 'El Solitario', el sobrenombre que me adjudicó algún 'creativo' del Ministerio del Interior del Gobierno de España". Así se dirige Giménez Arbe en la presentación de su obra 'Me llaman El Solitario. Autobiografía de un expropiador de bancos', editada por Txalaparta.

En ella, el delincuente más buscado de España expone que durante los meses que han transcurrido desde su detención en Portugal, en julio de 2007, "mucho" se ha escrito sobre él en series de televisión -Antena 3 programó una mini-serie sobre la vida del autor el año pasado-, libros, noticias y artículos de opinión.

"Se han dedicado innumerables horas de radio y televisión a hablar de mí", continúa Giménez Arbe quien destaca que este material ha estado basado en fuentes ajenas a su persona. "Por la poderosa razón de que hasta ahora yo no les he contado nada sobre mí", añade 'El Solitario' quien anima a los lectores a "contrastar" la información y defiende que es "inocente" de la muerte de dos agentes del Instituto Armado por la que fue condenado a 40 años de cárcel por el Tribunal Supremo.

"Así se subsanará la indefensión a la que me ha sometido la Justicia española negándose a indagar mis declaraciones, lo que, si se hubiese hecho en su momento, habría demostrado mi absoluta inocencia en el ametrallamiento de dos guardias civiles", prosigue, para sentenciar: "Yo soy un libertario que expropia bancos, nunca he matado a nadie".

Una treintena de atracos

'El Solitario' mantuvo en vilo a todo un país después de que las fuerzas de seguridad le atribuyeran más de una treintena de atracos en bancos de toda España, siempre siguiendo el mismo 'modus operandi': actuando a última hora de la mañana, disfrazado con peluca oscura y barba postiza y armado con una pistola o revolver.

En febrero de 2009, el Tribunal Supremo confirmó la condena de 47 años de cárcel impuesta por la Audiencia de Navarra por el asesinato de los guardias civiles Juan Antonio Palmero Benítez y José Antonio Vidal Fernández el 9 de junio de 2004 en Castejón y un delito de tenencia de armas de guerra.

No obstante, no podrá cumplir la pena hasta que no lo haga por los delitos que se le imputan en Portugal, donde se le condenó a más de siete años de prisión por su frustrado y último atraco perpetrado en julio de 2007 a lo que se sumó una pena de tres meses y medio de cárcel por insultar a sus carceleros.