Un fallo mecánico frustró este martes el intento del 'hombre-pájaro', el piloto suizo Yves Rossy, de volar de Marruecos a España con unas alas a reacción en su espalda, en lo que hubiese sido el primer vuelo intercontinental de estas características. Rossy tuvo que lanzarse en paracaídas y cayó en el mar, donde fue rescatado por un helicóptero.

Según un portavoz de la compañía Webtel, organizadora del evento, el desafío se vio interrumpido a mitad de camino por una disfunción en las alas, que hizo que Rossy tuviese que dejarse caer en paracaídas en las aguas del Estrecho. No obstante, puntualizó que el suizo, rescatado por un helicóptero, se encuentra en buen estado y será sometido a una revisión médica al aterrizar en España.

Tras ser elevado a 2.200 metros de altitud por una avioneta Pilatus, Rossy saltó al vacío con sus alas de 60 kilos a la espalda, compuestas por cuatro motores a propulsión de Jet-Cat P200, que proporcionan un empuje de 22 kilos cada uno. Después de varios minutos de vuelo, el suizo, piloto comercial de profesión, empezó a experimentar problemas mecánicos y, en su caída al mar, Rossy tuvo que desprenderse de su ala.

Rossy, de 50 años, también conocido como "Fusionman" o "Jet-man", ya consiguió en 2008 un reto similar, al cruzar el Canal de la Mancha entre Calais (norte de Francia) y Dover (sureste del Reino Unido).

Mecánico y piloto comercial, este hombre ha logrado desarrollar un ala de unos dos metros de envergadura, fabricada con fibra de carbono y que le permite alcanzar 200 kilómetros por hora en crucero, e incluso 300 en descenso.