Rosa Regàs, Ángeles Caso, Espido Freire, Lourdes Ventura y Eugenia Rico han "reinterpretado" literariamente el maltrato real sufrido por cinco mujeres a manos de sus parejas, cinco historias recogidas en el libro "5x2=9. Diez miradas contra la violencia de género" (Península).

La idea de esta obra múltiple, que hoy se ha presentado en Barcelona con motivo del día contra la violencia de género, partió de los editores Silvia Pérez y Fernando Marías, que plantearon a las narradoras la posibilidad de convertirse en voz de estas víctimas de malos tratos, una de ellas asesinada por su marido.

Individualmente, las escritoras se reunieron con estas mujeres -Rosa Regàs lo hizo con el hijo de la fallecida- de diferentes estratos sociales y económicos. Tras conocer de primera mano sus estremecedoras vivencias realizaron un doble trabajo: contar la historia en primera persona, como si las víctimas fueran las propias narradoras, y elaborar un relato sobre el encuentro que mantuvieron con ellas.

Ejemplos de superación

Espido Freire se reunió con Mariquilla, un mujer mayor maltratada sucesivamente por su padrastro, su marido e incluso sus hijos, cuya dignidad fue saqueada y que, a pesar de parecer abocada al desastre, logró mantenerse a flote.

Eugenia Rico explica la historia de Sara en "El ruido de la llave en la cerradura", una mujer de la postguerra a quien la sociedad dejó en manos de su agresor, obligándole a convivir con él -la Guardia Civil le amenazó con detenerla por abandono del hogar- y que sólo cuando las leyes cambiaron pudo huir.

"Los verdugos no son nada sin sus víctimas"

"Su marido murió al poco de que ella le abandonara, porque los verdugos no son nada sin sus víctimas", señala Rico, para quien la única vacuna contra los maltratos -"un fenómeno que en España mata más que el terrorismo o la gripe A"- es la educación en la igualdad, "porque el Estado no puede entrar en cada casa".

Lourdes Ventura ha sido la encargada de dar voz literaria a Olga en el relato "El chico de la cazadora de cuero", un ejemplo de las múltiples caras de un maltratador: un Doctor Jekill y Mister Hide protagonista de una montaña rusa sin fin de golpes y peticiones de perdón, causantes de una "devastación emocional" que paraliza a la víctima y le impide huir, por temor "a que fuera iba a ser peor".