Con el espectáculo 'Waxtaan' de la compañía senegalesa Jan Bio, fundada en 1998 por Germaine Acogny, la gran dama de la danza africana, la segunda edición del Festival OTRO llegaba a su fin.

Germaine Acogny, que fue bailarina en la compañía de Maurice Béjart, abrió el primer centro de danza en Dakar en 1968, convirtiéndose en todo un símbolo de la danza africana contemporánea. En 1997 creó el Centro Internacional de Danza Tradicional y Contemporánea africana en su famosa escuela de Sables en Toubab Dialaw en Dakar, Senegal. Posteriormente funda la compañía Jan Bio y en ese marco nacerá la última creación de esta mítica creadora, Waxtann.

Germaine propone junto a su hijo Patrick Acony, otro reconocido coreógrafo de la escena actual, la pieza 'Waxtaan', que significa 'discusión' en idioma wolof y es un alegato contra el poder de los líderes políticos africanos. Como dice Patrick Acogny, es una manera de decir: "Oigan, aquí está el pueblo y os estamos viendo..."

La cosa generó mucha expectación, el aforo del Espacio Cero del Párraga se llenaba hasta la bandera. La danza africana genera en el público occidental un cierto sentido de voyerismo exótico, como bien apuntaba Neliwise Xaba en su propuesta del día anterior. Pero la danza africana irradia una vitalidad y una energía que en cierto modo envidiamos, y por esta razón necesitamos verla una y otra vez.

La danza forma parte del acervo cultural africano desde el mismo comienzo de los tiempos. Originariamente tenía un valor de comunicación que competía en igualdad de importancia con la palabra. Hoy va quedando menos de este primitivo sentido, algo que los coreógrafos africanos contemporáneos no desean perder rescatándolo para devolverla a su antigua condición.

'Waxtaan' es una pieza espectacular, my vitalista y energética. La propuesta gira en torno a la danza tradicional amalgamada en los cánones estéticos y formales de la danza contemporánea. En 'Waxtaan' se reunieron claramente danzas tradicionales de diferentes países como Malí, Burkina Faso o Senegal.

La estética fue sencilla pero muy bien planteada. Los bailarines y percusionistas, ataviados con rigurosos trajes de chaqueta grises, camisas blancas, corbata y maletín en mano, derrocharon con extraordinaria destreza toda una buena exposición de saltos, giros, y movimientos llenos de fuerza y color. Adornado con una gran simpatía por parte de intérpretes, bailarines y percusionistas. 'Waxtaan' fue un espectáculo de brillante factura.