El niño torero franco-mexicano "Michelito" tuvo este domingo en Lima (Perú) un accidentado debut como novillero con picadores, ya que resultó cogido por un novillo que necesitó nueve estocadas antes de caer.

En esta novillada que abrió la Feria del Señor de los Milagros de Lima y que tuvo una asistencia inusualmente alta, lo más notable resultó el buen toreo de Juan del Álamo.

Michelito, que con 11 años debutaba en Lima como novillero con picadores, convocó una gran cantidad de aficionados para esta novillada que abría la Feria limeña.

En una larga corrida de casi cuatro horas, lo más convincente fue la buena factura del toreo de Juan del Álamo, quien tuvo en el segundo de la tarde un animal colaborador, sobre todo en el tercio sobre la segunda raya, en donde embistió humillado y con largura, e hizo posible una larga faena con muletazos templados y de mano baja que convencieron a la afición limeña.

La atención durante la tarde estuvo centrada en Michelito Lagravere, cuyo lote fue el más apañado de la novillada. Camino de la enfermería, tras múltiples porrazos a la hora de matar, fue despedido con una fuerte ovación ya que por momentos corrió la mano con empaque, conocimiento y la gracia propia de su edad y torería.

Sin embargo, quedó muy clara su imposibilidad física para vaciar la embestida de un novillo casi tan alto como él, lo que originó que no pudiese enterrar la espada en los nueve envites. Tal fue la porfía del niño y tan cortas sus estocadas, que por momentos se le vio a punto de romper a llorar, pero el público nunca mostró fastidio.

Lo mejor de la tarde fue la capacidad del español Del Álamo, novillero con condiciones sobradas, que supo enganchar las embestidas del primero de su lote y llevarlas con mano baja y ligazón. Resolvió bien la papeleta con el sexto que echaba la cara arriba sin entrega y se mostró igualmente resuelto y desahogado.

Fernando Tendero, que abría el cartel, tuvo el peor lote y apenas pudo mostrar su buena disposición. Mató al octavo bajo luz artificial y le realizó un trasteo que inició alargando las embestidas del novillo que rompió gracias a ello con embestidas prontas y de largo.

Dejó siempre la muleta puesta en la cara y estuvo además bullicioso con el toreo adjetivo.

La novillera local Milagros Sánchez demostró valor y actitud pero recursos insuficientes para resolver una complicada papeleta: el primero por muy encastado, el segundo que rompió a bueno con la muleta pero que resultó poco picado, dificultando el acople en las series de poco temple de la torera peruana.

El público se retiró de la plaza en espera de lo que puedan traer las cuatro corridas de toros de los próximos domingos, que presentan el mejor cartel de los últimos años.