El viaje de Roberto Torreta se sitúa en el tiempo. El diseñador ha vuelto su mirada a los años ochenta, en los que comenzó su andadura Pasarela Cibeles, "pero en unos ochenta bonitos", ha comentado a Efe Torretta al que ha interesado presentar una mujer arreglada, pero sin exceso, elegante "pero con un punto cañero".

Esto lo consigue con las gafas, diseñadas por él, las altas sandalias también de su colección, marcando sutilmente los hombros o con su estampado de leopardo en gris y negro. Torretta apuesta claramente por el vestido, que rompe con masculinos pantalones, y por los tonos blancos combinados con beige, gris y azul en diversidad de tejidos, e introduce también toques de los cincuenta, sobre todo en los drapeados.