La actriz catalana Laia Marull, que da vida a Antígona en "Edipo, una trilogía" en el LV Festival de Mérida, considera que "el personaje es muy comprometido socialmente", ya que encarna "la determinación pura" en hacer lo correcto, y considera que "sigue estando vigente esa lucha de Antígona con el poder".

En una entrevista con Efe, Laia Marull reconoce que "siempre que tengas algo que decir hay que decirlo", por eso muchos de sus papeles, como el de Pilar en la aclamada "Te doy mis ojos", llevan la huella de la denuncia y la reivindicación social.

Así, recuerda que esto "se viene haciendo desde que se escribieron hace 2.400 años obras como Edipo Rey", y destaca cómo su personaje actúa con todas las consecuencias hasta cavarse su propia tumba, bajo la premisa de "si me van a matar, antes me mato yo".

En "Edipo, una trilogía", unos oráculos les dicen que van a ser los más desgraciados del mundo y no sólo no es verdad sino que además lo superan muchas veces, comenta risueña.

Se muestra encantada de actuar por primera vez en Extremadura y debutar en el Festival de Mérida; para ella es "todo un lujo y un premio enorme", porque ha sido "como llegar y besar el santo".

Ahora se encuentra embarcada en el rodaje de una película en Cataluña del director Agustín Villaronga, bajo el título "Pa Negre" y protagonizada por Eduard Fernández y Sergi López, "que tiene una pinta brutal".

Laia describe a los actores como "una pieza muy pequeñita pero importante de un conjunto" y niega que haya falta de compañerismo en la profesión, a lo que agrega "la fama de que somos divos se rompería en el momento en que cualquiera visitara un rodaje y viera las condiciones en que trabajamos".

Con una eterna sonrisa durante toda la entrevista, explica que es muy exigente y que ha rechazado trabajos porque no le llenaban, ya que lo busca es que el papel de entrada le "apasione, provoque y parezca imposible".

Cuando se le plantea un reto, esta actriz catalana se lanza de cabeza porque ahí es donde puede "aprender, evolucionar y hacer que este trabajo sea interesante siempre".

Galardonada con dos premios Goya y una Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián, asevera que tiene "una suerte brutal" y que, como normalmente estos premios los da la profesión, está muy agradecida puesto que "es señal de que se han valorado estos trabajos".

Con una trayectoria con títulos como "Fugitivas" en el cine o "La Loba" en teatro, no quiere quedarse estancada en la gloria de antiguos papeles, pues va "para adelante, nunca para atrás", siendo "lo siguiente lo más importante".

En cuanto a su trayectoria, toca madera porque puede combinar cine y teatro, y manifiesta que "lo que no me da uno me lo da el otro; sin embargo reconoce que, "aunque son muy distintos, todo es actuar y entrar en el mundo imaginario en el que estés".

Del teatro destaca la adrenalina, el público, el directo, los ensayos "que te permiten disfrutar desde el principio hasta el final", y cataloga al cine como "más puzzle", pero a la vez intenso y "lleno de magia en los rodajes".

Califica la crisis del cine español de "problema gordo", pero cree que "pecamos a la hora de decir que va mal porque se siguen viendo las películas españolas" y muchos actores, como es su caso, tienen "queja cero", al poder vivir de ello.

"Público hay pero hay que buscar otras maneras de llegar a él", ya que, a su juicio, la realidad es que "la gente no va a las salas de cine" y, si bien no están obsoletas, están surgiendo otras maneras más demandadas de ver cine.