El presidente de la AEP, Alfonso Delgado, ha informado en una rueda de prensa de que esta infección provoca además cada año 240.773 episodios domiciliarios, 60.193 visitas ambulatorias y 13.000 consultas en urgencias.

Los síntomas principales de la gastroenteritis por rotavirus son la diarrea y los vómitos que, cuando son numerosos, pueden hacer que los enfermos sufran deshidratación. A veces se acompaña de fiebre, lo que empeora el cuadro, y se pueden dar otras complicaciones como el desarrollo de intolerancia a la lactosa en los más pequeños.

Sin embargo, el Sistema Público de Salud no financia la vacunación frente al rotavirus cuyo coste se sitúa en torno a los doscientos euros y que los pediatras incluyeron en 2008 en su calendario vacunal para los niños de entre seis semanas y seis meses.

Los expertos aseguran que el cien por cien de los niños antes de los cinco años sufren al menos una infección por rotavirus y por ello recomiendan a los profesionales sanitarios que informen adecuadamente a los padres.

Delgado ha aconsejado la vacuna como "única medida eficaz" contra la alta transmisibilidad y resistencia de un virus que cada año produce en el mundo más de 600.000 muertes, lo que representa alrededor del 5 por ciento de los fallecimientos en menores de cinco años.

La aplicación de este tratamiento reduciría el periodo de ingreso hospitalario, que actualmente se sitúa entre tres y diez días, costes indirectos para los padres, tales como el absentismo laboral, así como la angustia y el empeoramiento de la calidad de vida que sufren los pequeños y sus progenitores.

"Se trata de una infección muy democrática, es decir, que afecta desde a niños de entornos más pobres hasta a clases sociales acomodadas; es una enfermedad muy diseminada y no se puede evitar en ningún colectivo en edad diana", ha explicado.

El doctor Enrique Bernaola, coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la AEP, ha recordado que desde 2007 está disponible en España una vacuna que tiene los cinco serotipos más frecuentes que causan la mayoría de infecciones por rotavirus en este país y que es "muy eficaz".

Respecto a su forma de administración, ha precisado que se toma por vía oral junta al resto de vacunas del calendario, es decir, a los dos, cuatro y seis meses, y está recomendada tanto en España como a nivel internacional por las sociedades pediátricas y por la Organización Mundial de la Salud.

Bernaola ha hecho hincapié en que las bajas temperaturas de este invierno están conllevando que el pico de infección por rotavirus sea especialmente elevado.

Pese a que la gastroenteritis se suele asociar a los periodos estivales y al calor, en el caso de la derivada del rotavirus es al contrario, ya que el máximo nivel de incidencia se da durante los meses de invierno.

La situación se agrava al coincidir con el pico de infección de otras enfermedades como la gripe o la bronquiolitis, especialmente prevalentes en la población infantil.

"Esta coincidencia repercute en el manejo más difícil del rotavirus, en que las estancias hospitalarias sean más largas y en que el sistema sanitario se sobrecargue", ha comentado Bernaola.

El presidente de la AEP ha lamentado que las autoridades sanitarias no lleven a cabo una mayor inversión en vacunas, siendo los fármacos más eficaces existentes en el mercado.

De hecho, ha esgrimido que tan sólo el 1 por ciento del gasto público sanitario va dirigido a la inmunización activa mientras que se pierden millones de euros en "medicamentos que no sirven para nada".