La muestra es una retrospectiva que reúne cerca de un centenar de imágenes en blanco y negro, con un recorrido cronológico de la obra de Cappa, desde su primer trabajo publicado, un crispado León Trotsky dando un mitin en Dinamarca, en 1932, hasta la última foto que hizo, antes de pisar una mina.

No falta su instantánea más famosa, la del miliciano en el momento de ser herido de muerte, cayendo con el fusil en la mano, tomada en Cerro Muriano (Córdoba) en 1936 durante la Guerra Civil Española.

Una foto que en los últimos años estuvo rodeada de polémica porque algunos la consideraron un montaje, pensando que los milicianos estaban sólo de maniobras. Miguel González, representante de la agencia Magnum que creó Capa en los años cuarenta, ha recordado hoy que un compañero reconoció al miliciano muerto y que se ha encontrado posteriormente una foto del cadáver del segundo miliciano retratado, tendido en el cerro, lo que prueba que hubo batalla.

Como ha insistido González, la polémica no tiene sentido ante una imagen que es el icono de las fotografías de guerra.

Después, vienen sus miradas de cinco guerras, como los bombardeos alemanes sobre Londres, el seco desierto del norte de África y la toma aliada de Sicilia.

Capa retrata la cotidianeidad de la guerra, como unos ingleses tomando el té en un búnker o el oficio de una misa entre los muros derruidos de una iglesia, pero también algunas dolorosas, como el entierro de unos jóvenes italianos.

También se pueden admirar las fotos del desembarco de Normandía.

Capa estuvo allí, en Omaha Beach, pero sus fotos se vieron deslucidas por un ayudante que las expuso a altas temperaturas. Aún así, la falta de nitidez y el gris de la mañana no ocultan que Capa fue el que más se acercó aquel día infernal.

No falta su vertiente lúdica, las imágenes de sus amigos de Hollywood en los años cuarenta y cincuenta.

Son retratos de Picasso sosteniendo una sombrilla a su mujer, Hemingway en la cama, Bogart y John Huston en la coronación de la reina Isabel II o Gary Cooper cruzando un río sobre un tronco.

Capa murió con la cámara puesta: se puede ver la última imagen encontrada en su pequeña Leica, una toma en blanco y negro que recoge la marcha de un pelotón de soldados franceses sobre un campo de altas hierbas, en Indochina. Instantes después, Capa pisó una mina que terminó con su vida.

La exposición podrá ser visitada en la Sala Fundación Caja Vital de la capital alavesa del 18 de octubre al 8 de diciembre, y forma parte de la muestra "Periscopio", que trae durante este otoño a Vitoria varias de las principales exposiciones de fotoperiodismo del mundo.