Con este cántico, los centenares murcianistas que se desplazaron al Martínez Valero de Elche, querían hacer ver a sus jugadores que aún estamos a tiempo, y que juntos lo podemos conseguir.

El Real Murcia está en puestos de descenso, y muy pocos mantenían las esperanzas de salvación. Había que ganar cuatro partidos de cuatro, y tal y como había transcurrido la temporada hasta el momento, parecía muy difícil.

Tanto, que parte de la afición perdió las esperanzas y abandonó. Pero el Real Murcia es un equipo centenario, y eso no lo podía permitir. La heroica era posible, y a día de hoy, después de los partidos del Celta (4-1) y del Elche (1-2), la heroica gana 2-0 al descenso.

El partido de Elche era clave para seguir en la lucha, y los jugadores lo tenían claro: había que darlo todo. El partido comenzó con varias ocasiones granas, pero nadie conseguía materializarlas.

Hasta que llegó Aquino, claro. Con un gran gol consiguió adelantar a los pimentoneros en el marcador. Era un gol que necesitaba bastante, por lo mala que había sido esta temporada para él, no sólo a nivel colectivo, sino también individual (las lesiones no le han permitido disputar los minutos suficientes).

Llegamos al descanso adelantados en el marcador, y hasta los ilicitanos en las gradas, nos animaban a pensar en la salvación.

Pero la segunda parte no comenzó bien. Al poco tiempo, el Elche empató el partido, gracias a un gol de Perera, que se encontró sólo en el área pequeña.

Otra vez nos temíamos lo peor. Como tantas veces esta campaña, nos empataban, se crecían y a la vez nosotros nos hacíamos cada vez mas pequeñitos. Pero esto sólo duro un tiempo, todos nos jugábamos mucho y sabíamos que esto no podía acabar así.

Aunque todo se nos ponía en contra, nos anulaban goles, todas las acciones de ataque acababan en fuera de juego, Willy se encontraba ante una de sus mejores tardes...El Real Murcia supo reaccionar.

Al grito de "¡SÍ SE PUEDE!" Chando volvió a adelantar al Murcia, lo que puso las lágrimas en algunos murcianistas allí presentes. Lo estaban consiguiendo, no estaban muertos y el descenso no les iba a ganar.

Terminó el partido, jugadores, aficionados, todos lo celebraban en el campo y a las puertas del autobús donde los jugadores emprenderían el regreso a casa, satisfechos por haber hecho las cosas bien.

Gracias chicos, por vuestro esfuerzo y vuestras ganas de luchar, y recordad siempre que ¡SÍ SE PUEDE!