Otro partido instaurado en la cultura del miedo; una nueva decepción regalada a la afición, ante un filial, por parte de un equipo, que por la actitud demostrada, ni siente ni padece.

Los argumentos futbolísticos y de carácter son pírricos, las excusas del entrenador han pasado partido a partido por todas las fases posibles: que si tenemos que trabajar más durante la semana, que si hay que recuperar el ánimo de los muchachos que están destrozados, (yo sí que estoy destrozado), que si con el compromiso de los jugadores saldremos adelante, son profesionales que se juegan su futuro, que si la historia del club no lo permite, que si merecimos más, que si hemos tenido más ocasiones que el rival y que la ansiedad nos pudo, que si el infortunio se ceba con el equipo, que no nos queda otra, y la última es, que si la afición quiere responsabilizarlo del resultado, pues que así sea y según literalidad de la frase: ''SI HAY QUE DARLE UNA HOSTIA A ALGUIEN, ES AL ÁRBITRO''. Quedan más partidos y sólo una excusa, la afición tiene la culpa de los resultados.

Señores profesionales y bien pagados, déjense de milongas y engaños, sólo cuando se gana no hay culpables, sin embargo cuando no se gana asiduamente y además damos la impresión de ser unos peleles y no tener vergüenza torera, entonces si hay culpables y son todos los que cobran con el dinero de los aficionados del Real Murcia, por no alcanzar el mínimo exigible que es la permanencia holgada para un equipo, que según su amo, estaba confeccionado para alcanzar la gloria del ascenso.

No confiéis en los favores del equipo departamental, son capaces de saltarse dos ojos con tal de que nosotros perdamos uno.