Milagro, se dijo hace quince días en Albacete cuando vieron resucitar al Alba, y milagro, se gritó en Vallecas al verse ganadores de un partido sin despeinarse. El Real Murcia bate record de resucitaciones, y en esa liga, estamos en ascenso directo al cielo, pero esos milagros, nos llevan de nuevo al pozo de la liga adelante (a mí me parece la liga para atrás, el antifútbol), qué triste.

Tal y como transcurre el partido, vaticino el final de la película, la he visto muchas veces, me sé de memoria el principio, el durante y el después, luego los llantos y lamentaciones, los 'penseques' y los 'creiques', y por fin los culpables. Pues bien, en un gesto que le honra, el Sr. González asume la derrota, se muerde la lengua y elogia a la afición; mientras el Sr. Mejía, dice que se han dejado llevar y no sé qué. Y qué decir del Sr. Capdevila, él no está muy contento con la afición y su música de viento, pero con el fútbol que ofrecen, la apatía demostrada y una actitud pasiva e indolente, ¿que es lo que esperan?

Señores jugadores, cuando el resultado es adverso pero hay actitud, la afición lo ha aplaudido, si hay pitos, será porque no os habéis visto en el partido, pedir el video y juzgar por vosotros mismos.

Si la apatía es una enfermedad que se contagia, creo que el Sr. Samper ha sido víctima de la misma. Su pasotismo, falta de ilusión y amor al club, me hacen pensar que es una estrategia, en la que por alguna extraña circunstancia, abocando al Real Murcia al infierno, eludiría el pago de alguna parte de la deuda, que él y los suyos, han generado.

Que el Real Murcia acabe la temporada en Segunda A, será considerado en primera instancia misterio, proponiéndose el estudio para su elevación a aparición Divina.