Todos los años, siguiendo la tradición desde hace casi cuatro siglos, Yecla es un estruendo durante las Fiestas Patronales de la Santísima Virgen del Castillo, que se celebran en diciembre y que están declaradas de Interés Turístico Nacional. Los arcabuces, llenos de pólvora, disparan al aire para celebrar que en la Guerra de Cataluña de 1642, ninguno de los yeclanos que acudieron al frente al mando del capitán Martín Soriano Zaplana, cayó en el campo de batalla. Pero en Yecla también hay más pólvora, en este caso deportiva, y está en las piernas de Eva Navarro García (Yecla, 27 de enero de 2001), una chica nacida en el siglo XXI que esta semana escribió una página de oro en el fútbol femenino, ese deporte que hasta hace muy pocos años se consideraba exclusivo de los hombres, pero donde han irrumpido con fuerza las mujeres, demostrando que esta sociedad está cambiando, y mucho, para bien.

Los dos goles que marcó con la selección española sub-17, sobre todo el segundo después de dejar sentadas a dos rivales y de batir a la portera de Alemania con una precisa vaselina, han dado la vuelta al mundo. Sus tantos le valieron a España para conquistar el Campeonato de Europa un año después de ganar el bronce en el Mundial. Con la murciana como capitana del equipo nacional, España demostró que en sus bases hay un gran futuro futbolístico, de una calidad incalculable.

«Aún no asimilo lo que estoy viviendo y cuando esté en casa, ya más tranquila, me daré cuenta de lo que he hecho», decía la yeclana nada más concluir ese Europeo donde fue protagonista.

Eva era una niña de solo cuatro años cuando comenzó a jugar al fútbol. Con su hermano Álvaro, quien en la actualidad es el máximo goleador del filial del Yeclano, dio los primeros toques al balón en el patio de casa. En el Colegio Público La Paz, donde estudió Primaria, no había equipo de fútbol para niñas, pero sí en el Alfonso X El Sabio, desde donde la reclutaron para disputar el Trofeo Albatros. Después pasó por el torneo de empresas con el equipo Joype, también hizo sus pinitos en el fútbol sala con el Hispania Yecla, y saltó al fútbol once con el Pinoso, donde estuvo tres temporadas y fue convocada en numerosas ocasiones para jugar con la selección muciana, convirtiéndose en muy poco tiempo en una fija para los técnicos que tuvo.

El Sporting Plaza de Argel, un club consolidado y con una amplia estructura de equipos de base de Alicante, reclutó a esta estudiantes del IES Azorín cuando apenas tenía 13 años. Su progresión en el club alicantino ha sido constante. Llegó hasta el primer equipo, que milita en Segunda División, sin apenas darse cuenta, en un santiamén. Y casi a la misma vez se encontró con las convocatorias para las selecciones españolas. Pero detrás hay una historia de sacrificio de toda la familia. Todas las tardes, cuando su padre concluye a las siete de trabajar en una fábrica de gomaespuma de Yecla, Eva y Cayetano cogen el coche y se van a Alicante. A la futbolista le acompañan siempre los libros, para poder estudiar durante el viaje. Y cuando a las diez de la noche acaban los entrenamientos, otra vez a la carretera para cubrir los 80 kilómetros que hay de distancia de casa.

Después del Europeo, Eva se ha tenido que centrar de nuevo en un final de curso duro mientras que el móvil suena desde diferentes puntos de España. Valencia, Levante, Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla y Espanyol, entre otros, equipos todos ellos de primer nivel de la Liga Iberdrola, la máxima competición española, han llamado a la puerta de esta joven yeclana que después del verano abandonará el domicilio familiar para vivir su primera experiencia profesional en el fútbol femenino español.