Dicen que por un hijo se hace cualquier cosa y se llega hasta el mismo infierno. Algo así le pasó al murciano Luis Gómez en 2012, cuando su exmujer, Fátima Silva, se llevó al hijo que tenían en común, de 7 años de edad, de la noche a la mañana y sin previo aviso, a Angola.

Entonces, comenzó un largo camino que llevó a Gómez hasta el país africano en dos ocasiones para conseguir traer de vuelta a casa a su hijo Pablo, una historia que plasma en el libro Cuando la ley no es suficiente, escrito junto al periodista Javier Nieto y que presentaron ambos ayer en la céntrica librería murciana Expo- Libro. La idea de plasmar en un libro su historia surgió en el empresario murciano «para ayudar a personas que sufran también secuestros parentales, que actualmente afecta a unas 200 personas al año».

Durante la presentación, Luis Gómez pidió que «quienes pueden hacerlo, modifiquen las leyes para que no se pueda usar a los hijos como armas para fastidiar a la otra persona». Y es que, abogados, jueces y expertos a los que pidió consejo se mostraron siempre muy pesimistas ante la situación y le explicaron que «aunque tengas la patria potestad de tu hijo, lo más seguro es que nunca lo recuperes».

Una historia de película

El 13 de enero de 2012, Gómez acudió a primera hora de la mañana a la puerta del colegio al que asistía su hijo, como hacía cada día desde que se formalizó la separación con su mujer. Durante la presentación recordó que no pudo verle pero que, como no era extraño que el pequeño llegara tarde a clase, no le dio mayor importancia. Unas horas más tarde recibió una llamada de la tutora de Pablo, que le confirmaba que el niño no había acudido al colegio en todo el día. Tras ello, intentó localizar durante toda la jornada a su ex pareja o al niño y, ya por la noche, consiguió saber que había cogido un vuelo con destino a Namibia.

Desde allí, más tarde, Silva viajó con el hijo de ambos hasta Angola, donde se instaló con el pequeño. Entonces, Gómez comenzó a investigar qué vías podía seguir para recuperar al niño, entrevistándose con Policía, miembros de la Justicia, las embajadas españolas en Angola y Namibia, además de expertos en la expansión de empresas en países africanos, que pudieron colaborar en la localización del pequeño y facilitaron que padre e hijo pudieran reencontrarse, ya en julio de aquel año. Entonces, apuntó Gómez en la presentación, intentó buscar una oportunidad de rescatar al niño y volver juntos a España, aunque fue imposible, algo que sí consiguió en su segunda visita, en diciembre de 2012, cuando pudo escapar hasta el aeropuerto con su hijo y volver a España.

«La película Argo, que relata el rescate de unos soldados estadounidenses en Irán, me mostró la necesidad de saber actuar y, sobre todo, mantener la calma y buscar la oportunidad», recordaba Gómez. Casi un año de una auténtica pesadilla que, finalmente, tuvo un final feliz. El libro autobiográfico ya se encuentra disponible en librerías del grupo Diego Marín.