«Asumir un detenido es asumir muchas responsabilidades. No se detiene así porque sí», comentan dos responsables de los calabozos, que prefieren que sus nombres no aparezcan en este reportaje.

Los agentes subrayan que «respetar la dignidad de la persona» es primordial. Se hace «por la integridad de esa persona», se intenta «sensibilizar» con cada caso. «Nadie quiere generar más problemas de los que hay», remarcan los guardias civiles.

De ahí que se atiendan otro tipo de cuestiones importantes para cada detenido en cuestión: por ejemplo, el evitar que haya cerdo en el menú de una persona que profese el Islam. Asimismo, cada interno recibe asistencia médica, si la necesita, en cualquier momento del día.